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Discrepancias entre los militares bolivianos sobre la oportunidad de un golpe

La Central Obrera Boliviana (COB) prosiguió ayer las negociaciones con el Gobierno para sacar al país del caos social en que está sumido. La cuarta jornada de huelga general coincidió con síntomas de discrepancias en la cúpula de las fuerzas armadas sobre la oportunidad de un golpe de Estado. El máximo jefe militar, general Simón Sejas, ordenó ayer el acuartelamiento de todas las tropas.

El único síntoma de distensión que se apreció ayer en La Paz fue la publicación, en forma destacada, del respaldo estadounidense a la democracia boliviana. Los periódicos nacionales destacaron en primera página el "fuerte apoyo del Gobierno de los Estados Unidos a la democracia constitucional de Bolivia", anunciado por el portavoz del departamento de Estado, Alan Romberg, y que coincide con una ola de rumores en torno a un posible golpe de Estado en el que pueden estar implicados oficiales ligados a antiguos conspiradores.La declaración del portavoz estadounidense tuvo un eco tan inmediato como sintomático entre los militares bolivianos. Uno de ellos, el actual jefe del Ejército, general José Olvis Arias, dijo que como militar institucional "no puedo conjugar el término conspiración", y afirmó: "No podría inducir al Ejército a una aventura golpista".

El cuarto día de huelga, decretada por la COB, se caracterizó por el dramático peregrinar de amas de casa por los centros de consumo en busca de alimentos. Los intermediarios han logrado establecer un mercado paralelo donde los productos se venden a precios no sólo prohibitivos, sino inalcanzables para la mayor parte de la población.

Ayer cesaron los bloqueos en las calles céntricas de las ciudades causados por las manifestaciones, pero los trabajadores campesinos se aprestaban ya a iniciar el corte de carreteras a partir del domingo por la noche, si el Gobierno del presidente Hernán Siles Zuazo no atienda favorablemente todas sus peticiones.

Choques callejeros

Los bloqueos de las calles provocaron el viernes grandes desórdenes en el tráfico rodado, y dos policías resultaron heridos en choques con los manifestantes. Los dos guardias heridos, ambos por pedradas, se encontraban en el grupo policial asignado a la Universidad de San Andrés, cuyos estudiante provocaron disturbios y se incautaron de varios microbuses.El clima de tensión fue propicio en las últimas horas para que los opositores al Gobierno de Siles vertieran duras críticas contra el presidente, que desde hace cuatro días permanece en su casa aquejado de ciática. Según su secretario privado, se trata de "una ciática cualquiera que no preocupa a nadie".

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Aparentemente, causan más dolores las ácidas críticas de los opositores. Un alto representante de la empresa privada boliviana expreso su preocupación porque "la mística de reconstruir una patria fuerte ha naufragado porque en Bolivia hace dos años que no se gobierna ni se trabaja". Los obispos católicos, por su parte, continúan su búsqueda afanosa de un acuerdo político que dé una tregua social y política al país.

El ex presidente Víctor Paz Estenssoro, jefe del Movimiento Nacionalista Revolucionario y rival político del presidente Siles, ha afirmado que "no somos golpistas y creemos que vamos a Regar al poder por la vía del sugrafio", al rechazar acusaciones gubernamentales en torno a presuntas maniobras desestabilizadoras de la democracia boliviana.

Paz Estenssoro fue categórico al acusar a su vez al Gobierno de Siles de no haber dado una solución radical al problema económico en estos dos años y por el contrario haber provocado un mayor deterioro de la crisis económica.

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