Argentina y Chile firman en el Vaticano el tratado sobre el canal de Beagle

Los cancilleres de Argentina, Dante Caputo, y Chile, Jaime del Valle, se abrazaron ayer tras firmar en el Vaticano el acuerdo alcanzado por ambos países, con la mediación papal, sobre el canal de Beagle. Ambos ministros manifestaron su satisfacción por la consecución del acuerdo que, dijeron, pone de manifiesto que las naciones pueden resolver pacíficamente los conflictos que las enfrentan.En la sala regia de los Palacios Apostólicos, Caputo recordó que los dos países casi van a la guerra por esta cuestión en 1978, y dijo que el tratado supone el triunfo de la razón, la diplomacia y la paz. El pacto "constituye no sólo un ejemplo para la gente de nuestra región sino para todo el mundo" porque "alcanzar la paz por medios diplomáticos es un hecho excepcional que absolutamente todos deben reconocer", dijo.

Del Valle consideró que el tratado es "una justa, equitativa y honrosa solución" que contiene todos los elementos para llevar a las dos naciones hacia una cooperación económica y a un mayor desarrollo social.

Estuvieron presentes en el acto las delegaciones de Chile y Argentina y varios representantes de las Iglesias de ambos países, entre ellos el ex arzobispo de Santiago cardenal Raúl Silva Enríquez, el presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), arzobispo Antonio Guarracino, y los cardenales argentinos Raúl Primatesta y Juan Carlos Aramburu. Fueron también invitados los embajadores acreditados ante la Santa Sede, entre ellos el español Nuño Aguirre de Cárcer.

Como representantes del Vaticano asistieron el secretario de Estado, cardenal Agostino Casaroli, y el sacerdote colombiano de Secretaría de Estado Gabriel Montalbo, quienes, junto con el español Faustino Sáenz Muñoz, han seguido en estos años todo el difícil proceso de la negociación.

El Papa no asistió ayer a la ceremonia final, pero hoy recibirá en audiencia a ambas delegaciones por separado. La ausencia del Papa ha hecho pensar a algunos observadores que Juan Pablo II mantiene aún la esperanza de asistir, en Argentina y Chile, al acto especial para rubricar el último capítulo protocolario del intercambio de la copia del acuerdo entre los dos Gobiernos, aunque esa esperanza parece estar condicionada a una caída del general Augusto Pinochet y de su régimen.