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Distinguir derecha de izquierda

Desde finales del siglo XIX hasta el año 1960, aproximadamente, los términos derecha e izquierda poseían un significado bastante claro en el lenguaje político de Europa y del hemisferio occidental. La derecha representaba la defensa de las relaciones de propiedad existentes, de las jerarquías religiosas y sociales establecidas, de los privilegios corporativistas establecidos y de un tipo de escuela, de policía y de ejército que ayudara a perpetuar todo ese mundo de relaciones. La derecha propugnaba, además, un capitalismo de libre mercado, aunque en la práctica exigiera de la Hacienda pública todo tipo de aranceles, cuotas y subvenciones que fueran necesarios para mantener el control capitalista de las economías nacionales. La izquierda, por su parte, consideraba el capitalismo como un sistema económico injusto que pronto quedaría desfasado, y proponía en su lugar la nacionalización de las grandes industrias y de los recursos naturales, así como la sustitución del control capitalista y del afán de lucro por una planificación social y una justicia distributiva. La izquierda prentendía abolir los privilegios corporativistas, utilizar los poderes legislativos y fiscales para reducir al máximo las diferencias económicas y educativas entre ricos y pobres y crear, en fin, una sociedad sin clases, tanto en el sentido económico como en el social del término. La izquierda veía en los poderes establecidos, las iglesias, los cuerpos de policía y los ejército formas de opresión capitalistas que dejarían de tener una función y que, por tanto, desaparecerían en la futura sociedad socialista.Desde la revolución rusa de 1917, tanto la derecha como la izquierda han contado con partidos políticos, parlamentarios y autoritarios. La derecha parlamentaria ha estado representada de una forma permanente, por partidos conservadores, en el Reino Unido y en los países escandinavos; por la Democracia Cristiana o por partidos socialcristianos, en la Europa continental; por el Partido Republicano, en Estados Unidos, y por partidos conservadores y liberales, en las repúblicas latinoamericanas. Pero siempre que la derecha se ha sentido amenazada, real o imaginariamente, por una revolución social ha adoptado formas autoritarias: las dictaduras fascistas de Italia y Alemania en los años treinta, las dictaduras presidencialistas y militares de la Europa central y del este en el período entre las dos guerras mundiales, las dictaduras de Franco y Salazar en la Península Ibérica y las literalmente decenas de dictaduras militares en América Latina. Por su parte, la izquierda parlamentaria ha tenido desgraciadamente poca representación en América Latina, Sí, en cambio, ha estado representada de una forma continuada en Europa y en los países escandinavos por los partidos socialistas de la II Internacional; en el Reino Unido, por el Partido Laborista, y en Estados Unidos, aunque no de una forma continuada, por el Partido Demócrata y por diversos terceros partidos de corta vida. La izquierda autoritaria ha estado representada, naturalmente, en toda Europa y en el hemisferio occidental por los partidos comunistas, teóricamente independientes, aunque en la práctica casi completamente dominados desde sus comienzos por la Unión Soviética.

En la actualidad, el término derecha significa lo mismo que ha venido significando desde finales del siglo XIX. Los Gobiernos conservadores continúan defendiendo los mismos intereses, las mismas jerarquías sociales, las mismas instituciones educativas y militares, las mismas relaciones de propiedad, las mismas subvenciones fiscales a lo que enteoría es una economía de mercado. La derecha sigue prefiriendo las prácticas parlamentarias y tolerando la libertad política e intelectual siempre que no se vea amenazada por una revolución; pero sigue acudiendo a las dictaduras cuando su control económico y social se ve seriamente amenazado. Asimismo, siguiendo los ejemplos de Disraeli en el Reino Unido y Bismarck en Alemania en el siglo XIX, y como respuesta a décadas de presión, tanto por parte de la izquierda democrática como de la autoritaria, la derecha en Europa y Norteamérica ha incorporado dentro de su marco político, y bajo su propio control económico y social, una parte sustancial de la legislación social propugnada originariamente por la izquierda.

Sin embargo, mientras sigue habiendo una clara continuidad de significado en el término derecha, en el término izquierda se ha ido operando un lento pero progresivo cambio a lo largo del último medio siglo. Cuando en el siglo XIX se formularon las doctrinas socialista y anarquista, se

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consideraba que la guerra, el afán de lucro, la opresión y la injusticia social eran rasgos específicos del capitalismo que desaparecerían rápidamente una vez que las relaciones de propiedad y los móviles capitalistas hubieran sido reemplazados por la planificación social y la justicia distributiva. Pero en la práctica ni los Gobiernos soviéticos ni los ¿le la izquierda democrática han sido capaces de abolir el capitalismo ni los males que conlleva. El sistema económico soviético es más bien una forma de capitalismo estatal en el que, en lugar de las multinacionales, -es el Estado el que acumula capital expropiando la plusvalía generada por los trabajadores. El afán de lucro, lejos de haber desaparecido, ha tomado la forma de premios visibles y de una red clandestina de corrupción y coacción en la distribución de recursos. Cuando la izquierda democrática ha gobernado, y lo ha hecho durante décadas en los países escandinavos, durante breves períodos en el Reino Unido y en la República Federal de Alemania, y lo está haciendo en la actualidad en. Francia, Grecia, Portugal y España, lo que ha hecho ha sido administrar la sociedad capitalista sin cambiar las relaciones fundamentales dé clase, los incentivos materiales o las jerarquías sociales. Hoy día, todos los partidos socialistas occidentales reconocen el papel fundamental que desempeñan el capital y el beneficio privados, y han dejado de hablar de la nacionalización de toda la industria y de la creación de una sociedad sin clases. Los esfuerzos de estos partidos socialistas van orientados a aminorar los -aspectos más injustos del capitalismo e intentan democratizar las oportunidades económicas y educativas.La imposibilidad práctica de reemplazar el capitalismo por una forma de organización económica menos egoísta le ha privado a la izquierda de las expectativas científicas más importantes que suscitara entre aproximadamente 1880 y 1960. Pero esto no significa que el término izquierda haya perdido todo su contenido. El móvil que ha sustentado siempre a la izquierda ha sido su rechazo a aceptar la avaricia, la guerra y la injusticia como rasgos dominantes de la vida humana. El fracaso de sus predicciones económicas no invalida ese componente moral. La izquierda es la heredera de los ideales de los profetas bíblicos, de Jesús, de Erasmo y Spinoza, de Coridorcet y John Stuart Mill, del optimismo metafisico de Marx y Engels. De una forma específica, el término izquierda significa actualmente, y significará durante aún muchos años, la lucha global por la justicia política y social: los derechos de la mujer y de las minorías étnicas nacionales y religiosas, la abolición de la tortura, la ayuda a las naciones subdesarrolladas, la educación para todos, la protección de la biosfera, el desarme nuclear, químico y .biológico y el desmantelamiento de los bloques militares que amenazan la supervivencia de ese pequeño grado de civilización que han logrado los hombres hasta la fecha.

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