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La manifestación

( ... ) Primero, los manifestantes. Hay que dejar bien claro que ésta no es una manifestación organizada por la Iglesia. Hay en ella, sí, gentes de Iglesia, como los padres de familia y la Fere. Pero ni la Concapa es lo mismo que la Fere, ni la Fere (Federación de Religiosos de la Enseñanza) puede identificarse con la CECE (Confederación Española de Centros de Enseñanza). Sería muy importante arrojar un poco de luz en medio de este bosque de siglas, porque no es lo mismo que la Iglesia se eche a la calle para pedir libertad de enseñanza para todos -lo que implica también una justa repartición del bien de la enseñanza- con los padres de alumnos de sus escuelas profesionales, que con organizaciones que engloban centros privados elitistas y supercaros. Idéntica clarificación es necesaria respecto a las intenciones partidarias que hay detrás de esta manifestación.Segundo, los socialistas. Por otra parte, el Gobierno es consciente del momento delicado que atraviesa de cara a sus electores, a la sociedad española y al propio partido, inflexible hasta ahora en sus negociaciones, resulta un tanto sospechoso este repentino interés de ofrecer un diálogo institucionalizado con la Iglesia, precisamente en vísperas de la manifestación y del veredicto del Tribunal Constitucional. La LODE -todo el mundo lo sabe- es mucho más dura que la ley Savary. ( ... )

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La manifestación del domingo

Tercero, los obispos. En estas circunstancias no es difícil concluir que los obispos se encuentran en una situación muy delicada. Por una parte, deben apoyar a su gente, la que tienen, que se lanza a la calle para defender en definitiva una doctrina que los obispos han proclamado en más de 70 documentos. Pero al mismo tiempo no pueden indentificarse totalmente con una manifestación que va a ser capitalizada por la derecha y en cuya organización no han intervenido. ( ... )

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Ante esta compleja situación nos limitamos a recordar nuestra postura: mantener la independencia política de la Iglesia como tal. Agotar hasta el máximo las posibilidades de diálogo, que siempre es un camino más cristiano que el enfrentamiento. Y desde luego, apoyar toda reivindicación justa, siempre que ésta se vaya cada día clarificando más a favor de dos bienes igualmente importantes y no incompatibles: la justicia y la libertad de enseñanza. ( ... )

10 de noviembre

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