Odio a las mediocridades

"Nosotros vinimos a vivir a España porque Chester pensaba que en París no podía escribir: aquello era para la vida social", dice Lesley Himes sobre el viaje español del autor fallecido en Moraria (Alicante).La viuda del escritor describe el carácter de Himes diciendo que "no se puede afirmar que Chester fuera moderado. Era extremista en todo: igual estaba muy alegre que se encolerizaba". Lesley Himes recuerda cuando el novelista rompió con su bastón las ventanas de su primera casa en la urbanización de Pla del Mar. Era al comienzo de su enfermedad, y el escritor, en un momento de desesperación, la emprendió contra los cristales de su propia vivienda.

El mejor enfermo

Sin embargo, el carácter de Chester Himes es elogiado especialmente por su médico de cabecera, Femenía. "Fue el mejor enfermo del mundo. Como hombre inteligente, odiaba las mediocridades. En fin, que no le gustaban las medias tintas".

El médico que le atendió comenta cómo el escritor conoció en todo momento el proceso de su enfermedad, que fue largo y doloroso. "Discutía algunos aspectos del tratamiento médico, pero como hombre muy racional, se sometía a todo aquello que se le indicaba".

El escritor norteamericano Chester Himes ijo desarrolló una vida social intensa durante su estancia en la colonia extranjera de Moraira. Las circunstancias en que se desarrolló su vida coinciden con su odio a las mediocridades que formó parte principal de su carácter. A pesar de ello, todos coinciden en afirmar que era agradable de trato, "aunque no le gustaba hablar mucho".

Su pequeña casa en la costa alicantina se convirtió durante los veranos en lugar de peregrinaje de estudiosos y admiradores de su obra, que ahora puede resultar revalorizada en el sentido que ayer decía su viuda, porque Himes no era sólo un autor de novela negra. Los estudiantes y especialistas desfilaron en gran número por la parcela número 122 de Pla del Mar, donde residía, y de esa relación nacieron numerosos estudios críticos sobre el autor de una autobiografía que queda en la historia de la literatura como una obra maestra del análisis que un escritor es capaz de hacer sobre sí mismo.