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SANIDAD

La falta de reacción de la sangre humana con un tejido animal, clave del trasplante de corazón de mandril a la niña Baby Fae

Meses antes de que un equipo del hospital universitario de Loma Linda (California) efectuase, hace 18 días, el trasplante del corazón de un mandril en el cuerpo de una niña de apenas dos semanas de edad, los miembros del equipo habían realizado simulacros de la operación para estar seguros de que la sangre humana no reaccionaría con el tejido animal para provocar el rechazo inmediato del órgano, según ha declarado un cirujano de la universidad de Stanford que actuó de consultor para el equipo. El cirujano ha proporcionado pormenores de los preparativos de la polémica operación que hasta ahora no habían sido hecho públicos. Baby Fae permanecía ayer en estado grave y estacionario tras superar una primera crisis de rechazo.

El cirujano, el doctor Stuart W. Jamieson, miembro del equipo de trasplantes de corazón de Stanford, explicó que los doctores de Loma Linda habían utilizado la misma máquina de circulación extracorpórea que se utiliza en la cirugía convencional para comprobar que la sangre humana que circulaba por la máquina y por un corazón de mandril a ella conectado no perjudicaba el corazón.Jamieson es el primer médico no perteneciente al equipo, pero que conoce los pormenores de la operación de trasplante, que ha hablado sobre ella públicamente. Afirmó que apoyaba firmemente los procedimientos utilizados.

El trasplante fue realizado el pasado 26 de octubre, cuando Baby Fae, como se conoce a la niña, cuyos padres no desean publicidad, no alcanzaba las dos semanas de edad.

Menor rechazo

Jamieson señaló en una entrevista que sugirió la realización de simulacros al director del equipo médico, Leonard Bailey, cuando fue invitado a visitar la clínica el pasado mes de marzo.El resultado de los experimentos hizo pensar a los médicos que el organismo de un niño no rechazaría, al menos de forma inmediata, el corazón de un mandril, sobre todo si este niño era recién nacido y tenía, por tanto, el sistema inmunológico menos desarrollado.

Jamieson afirmó que se sentía algo decepcionado por la reacción de parte de la comunidad científica, que había llegado a decir que el equipo no se encontraba preparado para una operación de este tipo, y señaló que, en su opinión, la operación se realizó cuando debía hacerse.

Stanford está considerado como el centro más importante del mundo en trasplantes. Jamieson señaló que hablaba por sí mismo, y no por otros miembros del equipo de la universidad, algunos de los cuales han expresado, al parecer, serias dudas sobre el experimento realizado en Loma Linda.

Jamieson reconoció, sin embargo, que al principio la línea de investigación seguida por Bailey le había parecido extraña, pero que luego le impresionó la cantidad de trabajo que había realizado el médico. Se mostró también sorprendido al leer que Bailey no había intentado buscar un corazón humano para la niña antes de recurrir a uno de un mandril. "Hubiera sido, sin duda alguna, preferible un corazón humano", declaró, pero reconoció que la falta de donantes es habitual en los trasplantes para niños.

El experimento realizado en la niña Baby Fae ha suscitado gran controversia, no sólo porque Bailey declaró no haber intentado buscar un corazón humano, sino también porque la universidad ha hecho públicos muy pocos datos sobre los procedimientos utilizados para obtener el consentimiento de los padres de la niña. Además, Bailey solamente ha concedido una conferencia de prensa y se ha negado a realizar más declaraciones.

Jamieson afirmó también que le había advertido a Bailey de la atención que los medios de comunicación prestarían al experimento, aunque pensó que ésta sería menor de la que ha sido en realidad.

La invitación a Jamieson procedió del comité ético de Loma Linda, a cuyo frente se encuentra el doctor Jack W. Provonsha. El comité ético no disponía de poderes disciplinarios o administrativos, según Provonsha, quien señaló que se aconsejó llamar a un especialista de otro centro porque parecía que Bailey no había realizado investigaciones suficientes sobre el tiempo posible de supervivencia de personas y animales con órganos procedentes de otras especies.

Jamieson afirmó que la sugerencia de realizar simulacros de la operación fue una de las pocas que hizo, debido a la gran cantidad de investigación que ya había hecho Bailey. Unos meses después, Bailey le informó de los resultados de estos simulacros y recibió informes realizados por otros especialistas consultados.

Los dos factores que hacen que Jamieson haya aprobado la operación son que Baby Fae no tenía solución quirúrgica, y las pruebas obtenidas en experimentos sobre la eficacia de la nueva droga ciclosporina A, utilizada por Bailey para evitar el rechazo.

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