Los obispos católicos de Estados Unidos piden a Reagan mayor justicia social
La conferencia nacional de obispos católicos de Estados Unidos, reunida en Washington del 12 al 15 de este mes, aprobará un proyecto de pastoral que pide a la Administración del presidente Ronald Reagan que realice una serie de programas sociales a favor de los ciudadanos pobres de Estados Unidos, y una mayor justicia económica y social.Los 300 obispos católicos, presididos por el obispo James Malone, de Youngstown (Estado de Ohio), consideran también como un deber moral la mayor participación de los católicos en la política del país, tanto en los capítulos de carrera de armamentos, como del aborto, o de la mejor distribución de la riqueza nacional.
La carta pastoral sobre la que trabajan los obispos, difundida el pasado domingo (ver EL PAÍS del pasado lunes), denuncia como un "escándalo moral y social" los actuales niveles de pobreza existentes en Estados Unidos, y fue calificada por los sectores conservadores como un ataque al sistema capitalista y a la política económica del presidente Reagan.
El proyecto de pastoral de los obispos católicos debe ser objeto de discusión durante un año, pasado el cual, si es aprobado por el 80% de los obispos, se convertirá, en noviembre de 1985, en carta pastoral que sirva de base ala doctrina y a la reflexión de los católicos norteamericanos. Durante este tiempo, el proyecto inicial de los, obispos puede ampliarse con nuevas iniciativas e ideas.
Pasada una semana de la reelección de Ronald Reagan, la filosofía social de los obispos católicos norteamericanos supone una contradicción a las políticas de superliberalismo económico de la actual Administración. Los obispos piden que la Administración aumente y mejore los beneficios de ayuda social y fije como objetivo reducir el nivel de desempleo entre el 3% y el 4%, objetivo éste que figura ya entre los planes de la Administración, aunque la mayoría de los expertos lo consideran poco realista, en la actual coyuntura económica.
El impacto de la pastoral es, ante todo, simbólico, teniendo en cuenta que los obispos católicos presentan su pastoral pasada la elección presidencial y los comicios para el Congreso, celebrados el pasado 6 de noviembre. La opinión de los obispos católicos apareció durante la campaña un tanto dividida en la polémica en pro o en contra del aborto, que dividió también a los candidatos demócratas liberales (Walter Mondale y Geraldine Ferraro) y los que lograron su propia reelección, los republicanos conservadores (Ronald Reagan y George Bush).
Hoy los obispos católicos deciden que la presencia de la Iglesia en los asuntos políticos no puede sólo limitarse al tema del aborto. Incluyen en la nueva pastoral como "objetivos religiosos" las cuestiones relativas a las armas nucleares, aborto, derechos humanos y justicia económica y social.
Reserva y silencio
La reacción de los medios políticos estadounidenses a la nueva pastoral de los obispos católicos es de reserva y silencio por parte de los republicanos, mientras que algunos miembros demócratas del Congreso la valoran como "positiva". Recuerdan, sin embargo, que puede ser "poco realista" pedir mayor ayuda para las capas más pobres de la sociedad norteamericana en medio del actual china político conservador. "En la América de Reagan, los pobres no existen", ironizó William Gray, miembro demócrata de la Cámara de Representantes por el Estado de Pensilvania.Es la primera vez que los obispos católicos -que representan a una comunidad de unos 60 millones de personas esta religión, en una población total en EE UU de 233 millones de habitantes- toman una decisión pastoral con incidencia política. En la primavera de 1983 aprobaron ya una pastoral contra la carrera de armamentos, en la que apoyaban la congelación de armas nucleares y solicitaban la continuidad de negociaciones para un control y reducción de armamentos entre EE UU y la URSS.
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