Las modas literarias obedecen a necesidades económicas editoriales

La moda en los géneros literarios obedece a las necesidades económicas de las editoriales. Ésta fue una de las pocas conclusiones a las que se llegó el pasado lunes durante la mesa redonda dedicada a analizar la situación actual de la narrativa española dentro del programa de actividades organizadas por el Instituto Francés destinadas a la cultura española de hoy.

Los participantes en el debate fueron los escritores Manuel Vázquez Montalbán, Gonzalo Torrente Ballester, Ana María Matute, Fernando Quiñones, Juan Benet Caballero Bonald y Rafael Conte crítico literario de EL PAÍS. La dirección del debate corrió a cargo de José Manuel Fajardo, cuyo sistema de preguntar a los participantes -"esto parece un examen en lugar de un debate", protestó Benet- no colaboró para que el encuentro resultara ameno y vivo para los asistentes.

El tema de las modas de los géneros literarios fue el que mayor interés despertó en la mesa. Vázquez Montalbán dijo que él considera que toda la literatura es un género y que en lugar de división, piensa que hay, en estos momentos, una total pluralidad de elección tanto a la hora de escribir como para leer.

Rafael Conte aseguró no creer en la literatura de género, "porque la literatura no es divisible en géneros, y si se hace, se debe a las modas impuestas por las necesidades del dinero. Se edita mucho y se quiere vender muy pronto". Puso el ejemplo de lo ocurrido con la novela policiaca y el caso concreto de Tatuaje, de Vázquez Montalbán, obra escrita antes de que el género negro se pusiera de moda, no realizada expresamente porque esa clase de narrativa fuera promocionada en un determinado momento. Ana María Matute concluyó este tema asegurando que "en todos los géneros sólo se puede ser auténtico, lo que tampoco quiere decir que se tenga que ser sincero".