Moscú ha desmentido a Washington el envío de aviones Mig a Nicaragura, según Shultz
La Unión Soviética ha comunicado a Estados Unidos que no ha enviado ningún tipo de avión avanzado de combate a Nicaragua, según asegura el secretario de Estado norteamericano, George Shultz, en una entrevista publicada ayer por el diario The New York Times. Al mismo tiempo, el jefe de la diplomacia norteamericana anuncia que tiene previsto tratar próximamente con su homólogo soviético, Andrei Gromiko, una mejora de las relaciones entre Washington y Moscú.
Un alto funcionario del entorno del presidente norteamericano Ronald Reagan añadió ayer sobre este asunto que la URSS ha expresado ya su voluntad de hablar con EE UU sobre control de armamentos sin condiciones previas. Shultz y Gromiko serán, según la misma versión, los encargados de iniciar los contactos.Shultz declara que, "por supuesto", está dispuesto a entrevistarse con Andrei Gromiko "cuanto antes mejor". Funcionarios norteamericano creen que esa entrevista podría celebrarse en Moscú el próximo mes de enero.
Preguntado sobre la posibilidad de que siga los pasos del secretario de Educación, Terrel Bell, quien ha renunciado a su cargo para volver a dedicarse a la enseñanza, George Shultz contesta, en tono de broma, que "soy demasiado viejo para dedicarme a enseñar".
El pasado martes, preocupado por la posibilidad de que un carguero soviético hubiese transportado aviones Mig-21 a Nicaragua, Estados Unidos advirtió a la URSS, a través de los canales diplomáticos, que un envío de ese tipo sería inaceptable para Washington. Shultz dijo que la cuestión de los aviones Mig concernía a Nicaragua "sólo superficialmente", y añadió que, "estratégica y políticamente", atañe a la Unión Soviética.
La cadena de televisión estadounidense NBC informó el jueves que el embajador de la Unión Soviética en Washington, Anatoly Dobrynin, había asegurado al Departamento de Estado que el carguero soviético llegado a Nicaragua no transportaba nada que pudiera inquietar a Estados Unidos.
Shultz afirma que no conocía ningún plan de la Administración de Estados Unidos para invadir Nicaragua, aunque insiste en que la llegada de aviones Mig a ese país centroamericano crearía "una situación inaceptable". Los dirigentes sandinistas han acusado a Washington de llevar a cabo provocaciones contra Nicaragua que podrían ser preludio de una invasión, y han denunciado la realización de movimientos de tropas "muy sospechosos" en dos bases militares norteamericanas.
George Shultz se entrevistará también con el ministro de Asuntos Exteriores de Nicaragua, Miguel D'Escoto, en la conferencia de la Organización de Estados Americanos que se inaugura el próximo lunes. Éste será el primer encuentro entre altos dirigentes de ambos países desde la crisis provocada por la llegada el pasado miércoles al puerto de Corinto de un barco soviético con material militar no especificado.
Un responsable del Ministerio de Defensa nicaragnense anunció que a bordo del buque soviético llegaron "uno o dos helicópteros", aunque este dato no fue confirmado por las declaraciones formuladas el jueves por D'Escoto. En Washington, portavoces del servicio de espionaje norteamericano han prácticamente descartado que el misterioso cargamento de la nave soviética incluya aviones Mig. Las mismas fuentes creen sin embargo, que la URSS ha mejorado últimamente la calidad del armamento enviado a Nicaragua.
Funcionarios norteamericanos citados por la agencia Reuter afirmaron ayer que el Gobierno sandinista ha recibido misiles antiaéreos procedentes de la URSS. Las mismas fuentes añadieron que un barco soviético -sin precisar cuál ni en qué momento- transportó a Nicaragua misiles tierra-aire Sam-3 y Sam-8.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.