Sergio Ramírez, escritor por vocación, político por fuerza

A Sergio Ramírez, de 42 años, le gustaría poder dedicarse alguna vez a su oficio de escritor, pero acepta con disciplina su nueva profesión de político porque así lo exigen las precarias condiciones de su país. Graduado en leyes, nunca ejerció como abogado. Ya en su época de estudiante canalizó sus aficiones literarias a través de la revista Ventana, que traía una nueva conciencia del arte como un hecho inseparable de la realidad política y social que vivía Nicaragua.En esa época conoció a Carlos Fonseca, fundador del Frente Sandinista, que desde la clandestinidad alentaba la creación de grupos estudiantiles de apoyo a la lucha armada. Después de su graduación se trasladó a Costa Rica, donde vivió por espacio de nueve años. Fundó la Editorial Universitaria Centroamericana y se dedicó a escribir. Su primera novela, Te dio miedo la sangre, marcaba el inicio de una literatura comprometida.

Después de una estancia de dos años en Berlín, con una beca de escritor, regresó a San José, para incorporarse al Frente Sandinista, en 1975. La dirección nacional le encargó en 1977 crear el Grupo de los Doce, que surgió en el exilio como un consejo de notables opuestos al dictador Somoza.

Desafiando la orden de prisión dictada por el Gobierno contra todos sus miembros, el Grupo de los Doce entró en Managua el 5 de julio de 1978, en medio de un caluroso recibimiento popular. Por espacio de dos meses realizó una intensa campaña de agitación política para preparar la insurrección de septiembre. Finalmente, tuvo que exiliarse en la embajada de México, de donde salió en enero de 1979 para viajar en misiones diplomáticas del frente por Europa y América.

Centrista

Es miembro de la Junta de Gobierno desde su creación. Pertenece a la Asamblea Sandinista y coordina su consejo ideológico. Equipado con una formación marxista profunda, suele situársele en el centro ideológico del Frente Sandinista. En sus declaraciones públicas evita siempre, por talante personal, los pronunciamientos estridentes.

Está considerado como uno de los mejores conocedores del pensamiento político de Sandino, al que ha dedicado un extenso ensayo. Su creación literaria ha estado dedicada preferentemente a la novela y al cuento. Algún día espera poder rescatar de lleno su trabajo de escritor.

Hoy, Ramírez se ha convertido en un hombre imprescindible dentro del aparato gubernamental. Algunos diplomáticos occidentales le consideran como un importante sostén, desde la sombra, de Daniel Ortega, quien acostumbra a consultarle con discreción en las comparecencias públicas, sobre todo en política exterior.