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El Comando Nacional deTrabajadores intensificará las acciones contra el régimen militar chileno

El Comando Nacional de Trabajadores de Chile (CNT) anunció ayer que intensificará las acciones masivas contra el régimen militar que preside el general Augusto Pinochet, "en una lucha que sólo terminará cuando los trabajadores reconquistemos la democracia". Al terminar el primer paro nacional de los 11 años de dictadura -desarrollado el martes y que ha finalizado con un resultado de nueve muertos, más de 40 heridos y unos 200 detenidos- el organismo sindical de oposición estima que la huelga fue un completo éxito. Durante la mañana el paro fue parcial, y por la tarde, todo Chile quedó paralizado"

El presidente del Comando, Rodolfo Seguel, dijo, satisfecho, al dar cuenta de las consecuencias políticas del movimiento, que "el pueblo ha dicho ¡basta! y ha advertido a las Fuerzas Armadas que deben dejar de apoyar a un Gobierno fracasado y repudiado por el país entero".Entre tanto, el portavoz oficial del Gobierno, Alfonso Márquez de la Plata, calificó la acción de "absoluto fracaso", y afirmó que sus organizadores tuvieron que recurrir a la violencia, al ver que su huelga no era acatada por la mayoría de la población.

Nueve personas murieron durante los violentos incidentes que acompañaron la paralización de actividades en las principales ciudades del país. Siete perecieron en enfrentamientos, cinco de las cuales fueron heridos de bala por civiles o policías que reprimían las manifestaciones. Otras dos personas resultaron electrocutadas por un cable tendido en la calle como cazabobos contra vehículos policiales.

Unos treintena de manifestantes resultaron heridos, además de 15 policías uniformados, y unos 200 disidentes fueron detenidos, bajo la acusación de provocar desórdenes y de enfrentarse con las fuerzas policiales.

Sin embargo, de acuerdo con el informe oficial facilitado por la policía, fueron sólo 6 los muertos con ocasión de esta huelga general, 23 el número de heridos y 185 el saldo de detenidos.

Toque de queda

El Gobierno chileno dispuso un estricto toque de queda en Santiago entre las diez de la noche y las cinco de la madrugada de ayer, miércoles, para controlar la ciudad con patrullas militares, pero grupos de manifestantes tocaron las cacerolas y salieron a la calle a desafiar la represión levantando barricadas y encendiendo fogatas con troncos y neumáticos.Por otra parte, un total de 12 emisoras de radio de todo el país, entre las que figuran las siete que pertenecen a la Asociación de Radiodifusoras Católicas, fueron censuradas en las últimas 48 horas con la prohibición expresa de trasmitir informaciones que no fueran oficiales y la obligación de limitarse a difundir música y anuncios comerciales.

La capital chilena había quedado virtualmente desierta a media tarde del pasado martes, cuando el escaso transporte público que circuló por la mañana se paralizó por completo. Las fábricas y comercios que habían logrado abrir debieron cerrar sus puertas poco después del mediodía, en parte por el elevado absentismo laboral y en parte para que sus empleados tuvieran tiempo de retornar a sus hogares.

El presidente del Comando Nacional de Trabajadores, Rodolfo Seguel, un dirigente minero de tendencia democristiana, defendió la convocatoria de la primera huelga general, diciendo que "desde ahora, el movimiento sindical y social contra Pinochet pasa a otra etapa más definitiva". Se trata del mismo dirigente que impulsó la serie de protestas iniciadas en mayo del año pasado, que obligó al régimen militar chileno a anunciar una tímida apertura política.

Este último llamamiento al paro amenazó con dividir a las fuerzas de oposición. Un pequeño grupo de dirigentes sindicales abandonó el Comando Nacional de Trabajadores en señal de desacuerdo con la convocatoria. Entre los principales grupos políticos chilenos, sólo el Movimiento Democrático Popular y el bloque socialista, que integran partidos de izquierda, se adhirieron entusiastamente a la convocatoria, mientras que la moderada Alianza Democrática sólo emitió un comunicado en el que se solidarizaba con los fundamentos del paro, sin llamar a participar activamente en la huelga.

Bomba en un lugar próximo a donde se encontraba Pinochet

Un atentado con explosivos se produjo ayer en un lugar situado a 200 metros de donde se encontraba Augusto Pinochet, presidente de Chile. La bomba, de fuerte potencia, estalló en una vía férrea cercana a una feria de exposiciones que en ese momento inauguraba el general chileno, informaron fuentes políciales a la agencia France Presse.El explosivo lanzó trozos de la vía en un radio de 500 metros, y varios de ellos cayeron en el interior del recinto de la feria, cuando el presidente Pinochet recorría la exposición. En la feria inaugurada ayer participan 20 países, entre ellos España y Alemania Occidental y China.

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