_
_
_
_

Teoría de la melancolía

Lluís Bassets

"La melancolía es la conmemoración permanente de un duelo por la pérdida del objeto maternal", explica Julia Kristeva entrando ya en el tema de su actual investigación, que se convertirá a buen seguro en su próximo libro. El concepto de melancolía está estrechamente vinculado, según Julia Kristeva, al de crisis. "La crisis es a fin de cuentas una depresión", dice la pensadora francesa. "Ésta es una época de pasiones depresivas, de derrota de una generación que ha perdido la ilusión, y precisamente en la melancolía contemporánea lo que está en crisis es la estima de sí mismo. La gente no se acepta tal cual es.Precisamente el psicoanálisis es un medio que permite recuperar una estima de sí mismo atemperada, sin entusiasmos, naturalmente".

Más información
Julia Kristeva: "Quien no está enamorado ni se psicoanaliza, está muerto"

¿Pero no será esta reflexión sobre la melancolía una forma de poner en primer plano la propia crisis de los intelectuales franceses, después de una travesía dura y dolorosa? ¿No será la cultura francesa actual un nido de depresiones y de melancolía? A fin de cuentas, casi todos los maestros de pensadores como Julia Kristeva han muerto: Roland Barthes, Jacques Lacan, Michel Foucault, o el caso de Louis Althusser, desaparecido en las montañas de la locura. Los grandes proyectos científicos han quedado disminuidos y relativizados. Las utopías políticas, manchadas por los horrores del goulag. Las teorías revolucionarias, bloqueadas por la distancia abismal entre sus enunciados y las necesidades reales de una sociedad en plena modificación.

Un tema eterno

Pero Julia Kristeva no lo ve así. Cree que la melancolía es un tema eterno, desde la filosofía griega hasta Dostoievski. Piensa que muchos intelectuales franceses han sucumbido ante la crisis y la depresión, pero que otros continúan trabajando. "Ahora aparecen textos contra los maitres-á-penser del estructuralismo, con la pretensión de hacer tábula rasa, como si toda una generación se mostrara aterrorizada y se refugiara en el siglo XIX o en una ironía febril y maníaca. Mucha gente se ha refugiado también en la simple transmisión del saber, o en sus aficiones personales, y han abandonado el trabajo de creación intelectual. Pero yo creo que la gente sería sigue trabajando, y hay una continuidad importante en el pensamiento francés de hoy en día".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_