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TRAS EL ASESINATO DEL CLÉRIGO POLACO

'Bofia' todavía no aúlla

El pueblo que se reúne en la iglesia de San Estanislao de Kostka aún no quiere perder la esperanza. Uno de los guardianes del servicio del orden de la parroquia comentaba ayer: "El perro Bofia todavía no ha empezado a aullar, y los perros aúllan cuando muere su amo". Bofia es un perro vagabundo, un bastardo callejero, que el sacerdote desaparecido recogió y llevó con él. El nombre que le dio, Bofia (traducción al castellano del término con que la oposición denomina a la policía), resulta dramático si se piensa en los presuntos autores de su muerte. En la iglesia hacen vigilia ininterrumpida diferentes grupos sociales en una capilla lateral. Ayer estaban los artistas plásticos, seguirán los cineastas, músicos, médicos y catedráticos. Por el patio de la iglesia deambula la gente. Muchos se dedican a copiar poesías y oraciones que cuelgan de las paredes del quiosco de objetos religiosos, que se venden a la puerta de la iglesia. En el interior, cuelgan en el altar mayor dos gigantescos retratos pintados del sacerdote desaparecido. El de la derecha representa a Popíeluszko como un san Jorge montado sobre un caballo blanco. Con la lanza, traviesa a un dragón rojo.

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