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La falta de acuerdo en el conflicto del gas reduce las actividades de empresas españolas en Argelia

La falta de acuerdo en el conflicto del gas natural que separa a a España y Argelia ha reducido drásticamente el comercio bilateral entre los dos países y amenaza con anular en los próximos meses las importantes operaciones que las empresas constructoras españolas han mantenido en la nación norteafricana en los últimos años. Estimaciones solventes calculan que, si no hay acuerdo sobre el contrato gasístico antes de seis meses, todas las empresas con alguna actividad en Argelia tendrán que desmantelar sus instalaciones en aquel país por falta de contratos y abandonar un negocio de más de 30.000 millones de pesetas anuales.La Asociación Española de Empresas Constructoras de Actividad Internacional (AECI), que agrupa a una docena de sociedades españolas con proyección y actividades en los mercados exteriores, ha decidido elevar su problema a la consideración de la Administración y, tras una serie de contactos con responsables ministeriales, en los próximos días llevarán su caso a todas las instancias gubernamentales afectadas. Asimismo, los empresarios han sacado a la luz el problema que tienen con Libia, otro mercado relativamente importante para sus negocios y donde padecen una crisis de pagos que califican de incomprensible.

Abandonado prácticamente el mercado latinoamericano por el problema de solvencia de la mayoría de estos países y hundido el de Oriente Próximo por los enfrentamientos bélicos entre Irán e Irak, las grandes empresas constructoras corren el riesgo ahora de ver su negocio hundido en el norte de África por cuestiones que no están directamente relacionadas con sus actividades, según manifiesta uno de los directivos de AECI. "Desde que surgió el conflicto del gas, ninguna empresa española ha obtenido una concesión en Argelia, independientemente de las condiciones de la licitación", añade.

Los datos sobre comercio exterior en este año y los que aportan las empresas afectadas (Dragados, Agromán, Entrecanales, Cubiertas Internacional, Huarte y ECA) confirman el problema. Según estadísticas del registro de caja del Banco de España, las exportaciones españolas a Argelia se vieron reducidas en más de un 50% en los primeros ocho meses de 1984, mientras que sólo el volumen de negocio de las constructoras caerá de 35.000 millones de pesetas (estimación) en 1984 a 16.500 millones en 1985. Esta última cantidad, además, corresponde a una sola empresa, Dragados y Construcciones, en un contrato que fue aprobado con anterioridad al inicio del conflicto del gas.

Globalización del conflicto

Los constructores, como otras empresas comerciales afectadas, reclaman una globalización de las negociaciones con Argelia y sugieren que se reorienten desde un punto de vista político, a la manera que Francia e Italia desbloquearon previamente sus respectivos problemas gasísticos con Argelia. Los empresarios se ven respaldados por algunas instancias oficiales españolas, pero ignorados por los actuales responsables de la negociación con el Gobierno de Argel.Bajo su punto de vista, el grave riesgo de perder el mercado argelino (primer cliente de España en el Tercer Mundo) a la competencia francesa, belga e italiana se ve agravado por la inminente aprobación por Argelia de su próximo plan trianual, donde están en juego más de 250.000 millones de pesetas en contratos de obra civil. Según denuncian, el consorcio constructor español ENHUA (Entrecanales, Huarte y Agromán) ha perdido ya un importante contrato en la construcción de la presa de Mexena, con un valor aproximado superior a los 11.000 millones de pesetas.

En cuanto a la deuda libia, las constructoras reclaman impagados por un importe superior a los 13.000 millones de pesetas y aducen la importancia de su problema en función de que, junto a las actividades en Argelia, suponen aproximadamente el 40% del total de su facturación.

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