Granada recuerda indiferente, el primer aniversario de la invasión norteamericana
Sólo algunas tiendas cerradas y una misa de acción de gracias en la catedral católica de Saint-Georges recordaron ayer a los granadinos que se cumplía el primer aniversario de la invasión norteamericana. El día amaneció lluvioso y gris, y la mayoría de los habitantes de la pequeña ciudad se dedicó a sus ocupaciones habituales. Incluso los norteamericanos decidieron dejar para el próximo lunes el acto de inauguración del monumento en memoria de los soldados estadounidenses que perdieron la vida en la toma de la isla, hace ahora un año.
Si hubiera que elegir una palabra para definir la jornada, la más exacta sería indiferencia. La Cámara de Comercio de Granada aconsejó a sus afiliados que cerraran las tiendas y negocios, probablemente para permitir que sus empleados asistieran a la ceremonia religiosa en la iglesia de la Inmaculada Concepción.Sin embargo, la mayoría de los pequeños comerciantes optó por ignorar la recomendación no en señal de protesta, sino simplemente porque el 70%. de los granadinos no posee refrigerador y necesita comprar día a día lo más necesario.
El Gobierno provisional de la isla, por su parte, decidió que no tiene autoridad para declarar un día de fiesta nacional y ordenó que las escuelas, ministerios y departamentos oficiales permanecieran abiertos con su horario normal.
Dos ceremonias religiosas
Tal vez por eso, la asistencia a la ceremonia religiosa fue simplemente discreta, inferior incluso a la registrada el pasado día 19, en que se celebró otro oficio religioso en memoria de Maurice Bishop y de los otros líderes revolucionarios asesinados por sus correligionarios.Ayer, los granadinos estaban más interesados en la llegada de un crucero panameño que en recordar los acontecimientos de hace un año. En la catedral, discretamente protegida por policías militares, se congregaron unas 300 personas, en su mayoría granadinos, pero también norteamericanos. En primera fila se encontraban el gobernador de la isla, sir Paul Scoon (que es católico); el embajador estadounidense, Loren Lawrence, y mandos del personal diplomático y militar de los seis países caribeños que integran la fuerza de paz que ocupa Granada.
Ceremonia privada
El vicario general, Ciryl Lamontagne, recordó a los granadinos que el 25 de octubre del año pasado no se produjo una invasión, sino una liberación, y tuvo palabras de consuelo para los familiares de los 19 soldados norteamericanos que, según los datos oficiales, perdieron la vida en la toma de la isla."Ellos se sacrificaron por nosotros", dijo. El sacerdote pidió a sus compatriotas que utillicen la libertad para trabajar duro "como hicieron antes que nosotros en Corea del Sur y en otros países que han estado amenazados y que han sufrido".
La ceremonia religiosa fue prácticamente el único acto en el que los norteamericanos se dejaron ver. En general permanecieron discretamente en sus casas o cuarteles. Washington decidió no celebrar públicamente el aniversario de la invasión, tal vez porque Granada está en plena campaña electoral. Por el mismo motivo, la ceremonia de inauguración del monumento conmemorativo -que se levantará en el campus de la facultad de Medicina de Saint-Georges, en cuyas proximidades se desarrollaron los combates más violentos- será también privada. Se espera que asistan los familiares de los soldados muertos, invitados especialmente por el Departamento de Defensa de Estados Unidos. La auténtica fiesta se desarrollará el próximo domingo con motivo de la inauguración oficial del aeropuerto internacional de Punta Salinas, en el que los granadinos tienen puestas todas sus esperanzas de desarrollo y bienestar.
Los habitantes' de la ciudad de Saint Georges han sido invitados a participar en la ceremonia, presidida por las autoridades locales y por el enviado especial de Washington.
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