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Querella criminal contra un médico por presunto delito de imprudencia temeraria

Los familiares de Guadalupe Sánchez Salcedo han presentado una querella criminal contra el doctor Gustavo Alonso Carro, por presunto delito de imprudencia temeraria con resultado de muerte. La querella va dirigida también contra la entidad de seguro libre de asistencia médica Adeslas y contra el sanatorio Ruber, en concepto de responsables civiles subsidiarios. Guadalupe Sánchez, de 68 años, falleció en el sanatorio Ruber, de Madrid, el pasado 24 de septiembre, como consecuencia de una meningitis producida por una pseudomona, virus hospitalario que le fue introducido accidentalmente durante una operación de hernia de disco a la que fue sometida el pasado 10 de julio.

La familia de la fallecida ha enviado también cartas notariales en las que se solicita una investigación a la dirección del sanatorio Ruber, a la sociedad médica Adeslas y al Hospital del Niño Jesús, centro éste donde Alonso Carro ostenta la jefatura del servicio de cirugía, ortopedia y traumatología. Además han sido enviadas cartas a las compañías de seguros de asistencia sanitaria Sanitas y Asisa, para las que también Alonso trabaja como traumatólogo.Guadalupe Sánchez, asegurada en Adeslas, fue operada por el traumatólogo Alonso Carro a las 13.30 horas del 10 de julio en el sanatorio Ruber de una hernia discal. La operación fue normal en un principio, pero ya ese mismo día la enferma tenía fiebre elevada y empeoraba progresivamente. Alonso, en lugar de seguir el posoperatorio, dejó a un sobrino suyo, el doctor Crespo, como ayudante, para vigilar a la paciente.

Este ayudante la visitó cada dos días, en tres ocasiones, y le puso un tratamiento de antibióticos, para bajar la fiebre, pero sin hacer ningún tipo de diagnóstico. El día 14, cuatro días después de la operación, la fiebre no había remitido, y la enferma entra en estado de coma. Alonso es avisado de la gravedad de su paciente, pero no acude al sanatorio, y es el médico de guardia quien tiene que intervenir. Este médico, a la vista de los síntomas, apunta que parece tener meningitis.

Al quinto día acude Alonso Carro, pero continúa sin diagnosticar a la enferma, a pesar de la advertencia de su colega. Al sexto día, y ante la insistencia de la familia, él no la visita, pero lo hace otro médico que examina a Guadalupe y, ante la gravedad de su estado, la pasa a un especialista de medicina interna, quien a partir de aquí se hace cargo de la paciente, siempre según los familiares.

Situación de coma

El internista diagnostica "meningitis aguda bacteriana de adquisición hospitalaria". Según la familia, en el momento en que diagnostica la meningitis estaba tan avanzada que ya era irreversible. Ese mismo día, 19 de julio, Guadalupe está en situación de coma II (muy grave) como consecuencia, según los datos aportados en la querella, de la falta de asistencia facultativa de que había sido objeto hasta ese momento por parte de Alonso.El especialista en medicina interna combate la meningitis con fuertes dosis de la medicación adecuada. A pesar de ello, el 14 de agosto tiene que ser intervenida de nuevo de una hidrocefalia (líquido en el cerebro) como consecuencia de la meningitis. La situación de la paciente se agrava aún más y desemboca en una infección generalizada, lo que aconseja que Guadalupe sea trasladada a la unidad de vigilancia intensiva, donde el día 24 de septiembre, dos meses y medio después desde su primera operación, fallece a causa de la meningitis. El médico denunciado, Alonso Carro, manifestó a este periódico que ya ha emitido un informe clínico completo ante la dirección del sanatorio Ruber en el que explica el tratamiento seguido y las vicisitudes ocurridas a la enferma, que, en su opinión, no son más que una complicación en el proceso posoperatorio. Alonso Carro añadió que no desea entrar en ninguna polémica y que en su día hará las alegaciones pertinentes ante el Tribunal que corresponda.

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