El Grupo de Contadora estudia esta semana en Madrid la redacción final del acta de paz
Madrid será sede, el próximo miércoles, de la primera reunión que celebre el Grupo de Contadora desde que el pasado día 7 de septiembre presentara a los países centroamericanos el acta para la paz en la región. Los cancilleres de Colombia, México y Venezuela, junto con el ex ministro de Relaciones Exteriores de Panamá, estudiarán el próximo día 17, en el palacio de Viana, sede del Ministerio de Asuntos Exteriores español, las objeciones hechas al acta por los Estados centroamericanos (cuyo plazo de presentación termina hoy) e intentarán la redacción definitiva del documento, que debería ser firmado en los próximos días por todos los países implicados.
Mañana, martes, los ministros de Contadora recibirán en Oviedo, de manos del rey Juan Carlos, el Premio Príncipe de Asturias por su labor pacificadora.Los representantes del Grupo de Contadora coincidirán en España con el candidato frustrado de la oposición a la presidencia nicaragüense, Arturo Cruz, cuya negativa a participar en las elecciones del próximo día 4 de noviembre ha provocado reparos de varios Gobiernos occidentales, el español entre ellos, respecto a la legitimidad democrática del proceso nicaragüense. Además, el próximo día 18 viajará a Barcelona en visita privada el canciller nicaragüense, Miguel d'Escotto.
Durante su estancia en Madrid, Cruz "hablará con alguien" del Ministerio de Asuntos Exteriores español, según manifestó un portavoz del palacio de Viana.
Influencia española
El Gobierno español piensa aprovechar el hecho de que Madrid pueda ser la ciudad en la que concluya de hecho el trabajo del Grupo de Contadora para profundizar su influencia política en América Latina y, en particular, en el conflicto centroamericano. Un portavoz oficial dijo a este respecto que "el hecho de que después de la reunión de San José los cancilleres elijan Europa y, sobre todo, España para trabajar tiene ya un gran peso político". En la capital costarricense se reunieron hace algunas semanas los ministros de Contadora con sus colegas centroamericanos, de España, Portugal y la Comunidad Económica Europea.
Los ministros de Contadora serán recibidos por el rey Juan Carlos; el presidente del Gobierno, Felipe González, y el ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán. Desde el sábado se encuentran en la capital española los cancilleres de Colombia y Venezuela, Augusto Ramírez Ocampo e Isidro Morales Paul, respectivamente, y el ex ministro panameño de Asuntos Exteriores, Oyden Ortega Durán, quién ostenta la representación del nuevo titular del ministerio, Fernando Cardoze, quién tomó posesión de su cargo el pasado día 11, junto con el nuevo presidente, Nicolás Ardito Barletta. Para esta mañana tenía, prevista su llegada al aeropuerto madrileño de Barajas el canciller mexicano, Bernardo Sepúlveda Amor.
Fuentes diplomáticas de países de la zona consideran "muy posible" que Felipe González, ejerza algún tipo de mediación para que pueda concluir con resultados positivos la reunión de Madrid. El propio Morán declaró la pasada semana a Efe, en Palma de Mallorca, que el Gobierno español está listo para aportar ideas de forma privada a los cancilleres para contribuir a desbloquear posibles atascos en su revisión del acta.
"España tiene ideas que solo formulará cuando vea que son necesarias y se nos pida por los ministros de Contadora".
Un portavoz del ministerio español de Exteriores no descartó que España aproveche la ocasión para anunciar su intención de ratificar el protocolo adicional del Acta para la Paz y la Cooperación en Centroamérica si así se lo piden los países involucrados.
La posición oficial española respecto al acta es de apoyo en su integridad, sin entrar en calificar las bondades de los distintos apartados. Los capítulos más polémicos del documento, y que con toda probabilidad serán retocados en la reunión de Madrid, son los referidos a la defensa y los sistemas de verificación.
Algunos países centroamericanos, especialmente Honduras y El Salvador, han criticado, sumándose a las quejas expresadas por Estados Unidos, la debilidad de los mecanismos de control previstos por el acta. Nicaragua parece dispuesta a renegociar algunos aspectos del texto, pero no aceptaría que un exceso de medidas de verificación signifique el sacrificio de su soberanía nacional.
