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Joan Fuster considera satisfactoria su breve experiencia universitaria

El escritor confía en mantener su libertad personal a pesar de este encuentro universitario tardío

Joan Fuster, 62 años, escritor y, desde hace muy poco, profesor no numerario (PNN), perseguido hasta la bomba Por la extrema derecha anticatalanista, adorado como un símbolo del nacionalismo, va a ser investido doctor honoris causa por tres universidades: la Literaria de Valencia, la de Barcelona y la Autónoma también de Barcelona. Ello supone un reconocimiento, aunque tardío, a la importante labor investigadora que, especialmente sobre lengua, cultura e historia del ámbito catalanohablante, ha hecho el escritor de Sueca desde fuera de la universidad.Fuster dio sus primeras clases como PNN en la Universidad Literaria, después de la polémica en torno a su nombramiento como catedrático extraordinario, que no fue posible pese a que la junta de gobierno se pronunció a favor. Ha sido un encuentro tardío con la tarima de profesor, aunque su tarea, en cierto modo, ha sido siempre impartir conocimientos, y sus numerosas enseñanzas por escrito así lo prueban.

"Mi experiencia ha sido satisfactoria en todos los sentidos, pues me ha obligado a una forma de trabajo que no había realizado nunca y que estoy contento de haber hecho. Y también creo que los alumnos han quedado satisfechos. Este curso creo que volveré a dar, como el pasado, un curso de doctorado".

Así valora Fuster su primer contacto con los alumnos. La época de la decadencia de la literatura catalana fue el tema genérico sobre el que impartió las clases, a las que acudieron asiduamente desde alumnos de filología hasta personalidades del mundo de la cultura. Para el curso que va a comenzar ha estado preparando una serie de lecciones "sobre los escritores valencianos del siglo XV, el realismo y la sátira; eso sería el centro del tema, con todo lo que hay alrededor".

"Yo no he tenido nunca vocación docente", asegura a pesar de todo, "y menos a la edad que tengo. La investigación sí me interesa. Es decir, vocación de hablar a la gente desde una silla, sí, pero de cumplir un horario, no. Necesité un poco de tiempo para acomodarme al oficio, pero la experiencia del año pasado me parece satisfactoria, y además el público me fue muy fiel".

Obtener cierta libertad

Fuster sigue siendo PNN, y cuando se le habla de otras fórmulas que se podrían aplicar para que fuese profesor especial asegura: "Lo que personalmente me puede interesar es algo que me asegure los tres o cuatro años que me quedan de vida, por una parte, y, por otra, cierta libertad. Porque si un día me exigen más de lo que me han exigido, les diré que me vuelvo a los periódicos". Las colaboraciones de Prensa han sido durante muchos años la base de los ingresos económicos de Fuster.El escritor consiente en charlar, después de negarse inicialmente, como es ya costumbre, a las entrevistas. "Bueno, hablamos un rato y después pones lo que te parezca". Prefiere no hacer comentarios sobre la inicial coincidencia de fechas en los actos de investidura programados por las dos universidades de Barcelona, que al final se ha saldado con el mantenimiento para mañana de la ceremonia correspondiente a la Autónoma y el traslado al día 31 de la que se celebrará en la central.

Durante varias semanas ambos actos estaban convecados para el mismo día y a la misma hora, pero en lugares distintos, coincidiendo con la apertura de curso. Y Fuster no estaba dispuesto a ser él quien eligiese un acto u otro. Tampoco le hace ninguna gracia todo el ceremonial de la investidura, con la toga y las demás prendas.

"Hablé con Lola Badia", señala Fuster, "y me dijo que en la Autónoma no hacía falta, que simplemente leería unos folios y luego continuaríamos la cosa". En la Universidad de Barcelona parece que se mantendrá el ceremonial tradicional.

Del lemosín al catalán

Explica que la lección que ofrecerá durante el acto de la Autónoma versa sobre un tema que ha estudiado en varias ocasiones: la aplicación de la denominación de lemosín a la lengua catalana durante el siglo XVI. La lección correspondiente a la Universidad de Barcelona versará sobre la perduración y resurrección de la obra de Ausiás March, también en el siglo XVI. Joan Fuster asegura que lo de llamar lemosín al catalán continúa hasta en la actualidad. "Los de Elche todavía dicen que el Misteri está escrito en lemosín. Constantí Llombart era el que siempre decía que hablaba lemosín en lugar de decir que hablaba valenciano. Es una rutina que se arrastra hasta que la filología moderna comienza a reciclar la cosa. El decir lemosín en lugar de lengua valenciana o catalana tiene su origen en Valencia. Al menos, los primeros textos documentales se encuentran en Valencia".

En el Principado, el fenómeno se produce poco después, pero casi al mismo tiempo". En las islas, "puede que fuera un poco más tarde". El primer problema surge con un determinado señor, que además no era de aquí, sino catalán, de Santa Coloma, de aquellos que trabajaban en las imprentas, uno de esos curas que andaban pululando por el mundo. Era lulista, y en Mallorca encuentra un señor que quiere publicar Blanquerna, de Ramón Llull. Es la primera edición del libro y la primera obra de Llull que se imprime en catalán".

Una lengua bastarda

"Se publica en Valencia y aquel señor dice que lo traduce de los originales lemosines o en lengua lemosina primera a 'esta lengua valenciana bastarda'. O sea, que el primer paso es considerar el lenguaje antiguo, el de Ramon Llull, del, siglo XIII, un lenguaje arcaico, diferente del que se utilizaba entonces, en el año 1520. A la lengua antigua la llama lemosín, y a la de sus días, a la que adapta los textos, la llama valenciano. La adaptación son cuatro castellanismos y cuatro cambios morfológicos. Luego hay otro caso, de un italiano que traduce a Vives del latín al castellano".En cuanto a la lección que Fuster pronunciará el día 31 en la Universidad de Barcelona sobre Ausiás March, "es sobre todo la perduración y la resurrección de su obra. Muere en 1459, pasan unos años y finalmente lo sacan del olvido, se publica, se comienza a hacer manuscritos, a copiarlos. Vuelve a hacerse otra edición con la traducción de Jorge de Montemayor, en Valencia. Y es un poco eso y otro poco lo que podríamos llamar la influencia de Ausiás March y su poesía en el mundo valenciano. Se trata básicamente del material que he ido acumulando sobre todas estas cosas, y he advertido que, en general, lo relativo al siglo XVI ha sido poco trabajado. Con lo que haga en el acto de Valencia más o menos acabaré de exponer lo que tengo sobre el XVI".

Lo que Joan Fuster califica de resurrección de Ausiás March se produce "en 1539, cuando aparece un libro con sus poesías, alternando las estrofas en catalán y castellano. La traducción era de Baltasar de Romaní, que estaba en la corte del duque de Calabria, un mundo italianizado, muy petrárquico, que comienza a ser habitual".

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