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Los cancilleres de España, Portugal, Centroamérica y el Grupo de Contadora, reunidos en Costa Rica

El presidente de Costa Rica, Luis Alberto Monge, ha invitado a no crear expectativas exageradas en torno, a la conferencia de San José, que reunirá hoy y mañana a los 5 cancilleres centroamericanos, los 10 de la Comunidad Económica Europea (CEE), los 4 del Grupo de Contadora, España y Portugal. Opinó, sin embargo, que la celebración misma del encuentro inaugura un nuevo capítulo en las prioridades de Europa, que históricamente estuvieron enfocadas hacia Africa y Asia. Desde el punto de vista político, la conferencia está polarizada sobre el problema de Nicaragua.

Los propios Gobiernos centroamericanos no parecen hacerse demasiadas ilusiones sobre la ayuda directa en forma de cooperación o créditos blandos, capítulo en el que España podría desempeñar un cierto papel coordinador. Más posibilidades ofrece a medio plazo la negociación de un acuerdo de preferencias generalizadas similar al existente con la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN).A partir de un escepticismo de principio, esta iniciativa parece haber progresado en el ánimo europeo, aunque en San José no pasará de ser un enunciado, ya que este tipo de negociaciones acostumbra a ser largo.

En el plano político, la conferencia se presenta, desde sus vísperas, polarizada en torno al proceso nicaragüense. El Reino Unido y la República Federal de Alemania mantienen posiciones fuertemente críticas, paralelas a las de Washington, e incluso algunos aliados, como España y Francia, han enfriado su actitud.

El anuncio de que Nicaragua está dispuesta a firmar el acta de paz del Grupo de Contadora ha suscitado reacciones de sospecha. por parte de Washington; del presidente salvadoreño, José Napoleón Duarte, y de la cancillería hondureña. Preguntado sobre este tema, Monge no quiso opinar, aunque dijo que el tratado debe reforzar los mecanismos de verificación, ya que con el censo actual resulta imposible determinar con precisión si un país viola los acuerdos.

El ministro hondureño de Exteriores, Edgardo Paz, fue el primero en llegar a San José con su batería cargada. Acusó a Nicaragua de ser el principal problema de Centroamérica. Dijo que en ese país no hay condiciones democráticas efectivas y que la comunidad internacional debe presionar para que esa situación cambie, Los países europeos vienen a San José, añadió, a respaldar la democracia en América Central, que es una condición inexcusable para la paz.

Declaraciones contradictorias

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En Managua se han producido, mientras tanto, declaraciones contradictorias de dos comandantes en torno a las elecciones. Jaime Wheelock, uno de los nueve miembros de la dirección del Frente Sandinista, no ha descartado la posibilidad de un aplazamiento, pero el candidato sandinista a la presidencia, comandante Daniel Ortega, le corrigió ayer durante un desayuno con la Prensa extranjera. Hizo hincapié en que la fecha del 4 de noviembre es inamovible y que un postergamiento interesa sólo a Estados Unidos para sus planes de intervención.Ortega calificó a la Coordinadora Democrática Nicaragüense (CDN), que encabeza Arturo Cruz, como una fuerza política de la contrarrevolución que "anhela una intervención norteamericana", y que por ello no está interesada en participar en las elecciones. Declaró que la reunión de San José es trascendental, pero denunció al mismo tiempo que Estados Unidos está ejerciendo presiones sobre Europa para que la resolución de la conferencia excluya a Nicaragua de la ayuda económica y condene su sistema político.

Arturo Cruz llegó ayer por la mañana a la capital costarricense, donde se reunirá por separado con varios ministros europeos y latinoamericanos. Negó que sea un portavoz de los grupos armados o que esté interesado en boicotear las sesiones, para añadir a continuación que las condiciones no han mejorado en absoluto y que nada significa la ampliación del plazo de inscripción hasta el próximo día 30 ya que una de sus condiciones es que pueda realizar campaña durante tres meses. A título de conclusión, aseguró que no hay garantías en Nicaragua para celebrar unas elecciones limpias.

Dijo también que las turbas sandinistas que le han atacado en dos ocasiones, impidiéndole reunirse con sus seguidores en León y Masaya, obedecen a consignas del Gobierno, ya que "nada se mueve en Nicaragua sin su voluntad".

Al margen de este enfrentamiento dialéctico entre la oposición y el Gobierno de Nicaragua, el miércoles finalizó en Manzanillo (México) la sexta ronda de negociaciones entre Managua y Washington. El canciller mexicano Bernardo Sepúlveda declaró que se había registrado un avance significativo en la busca de soluciones a los problemas existentes entre ambos países.

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