Los partidos de la Coordinadora Democrática Nicaragüense recuperan la legalidad
Los partidos políticos integrados en la Coordinadora Democrática Nicaragüense (CDN) recuperaron ayer su personalidad jurídica y podrán concurrir a las elecciones del 4 de noviembre si se inscriben para ello antes del 1 de octubre. En Nueva York, el Grupo de Contadora entregó ayer al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Javier Pérez de Cuéllar, el documento final elaborado para llevar la paz a la región y anunció que va a pedir que el documento cuente con el patrocinio del Consejo de Seguridad de la ONU. Estados Unidos, que reclamaba la firma de Nicaragua en ese acuerdo, ha comenzado ahora a plantear nuevas exigencias.
La restitución de la personalidad jurídica a los partidos socialcristiano, socialdemócrata y liberal constitucionalista, los tres integrantes de la CDN, fue comunicada ayer por la Corte Suprema de Justicia ante una demanda presentada en tal sentido la semana pasada por el Frente Sandinista. Estos partidos se convirtieron automáticamente en agrupaciones al negarse con anterioridad a participar en las elecciones.Los partidos nicaragüenses que ya se habían inscrito para participar en los comicios se reunieron ayer, con excepción del sandinista, para discutir la propuesta de la coordinadora de pedir un aplazamiento de las elecciones hasta primeros de año. Ésta es la primera vez que grupos afectos al sistema apoyan los puntos de vista de la coalición de la oposición, que se niega a registrarse ante el Consejo Supremo Electoral si no se pospone la convocatoria electoral.
La Administración Reagan, sin embargo, no parece dispuesta a conceder cuartel al régimen sandinista. El anuncio nicaragüense del viernes de que suscribía el Acta de Paz y Cooperación para Centroamérica, elaborada tras año y medio de esfuerzos por el grupo de Contadora, cogió por sorpresa a la Administración republicana, que ahora plantea nuevas exigencias para la celebración de las elecciones, un mayor control del tamaño del Ejército sandinista y medidas más seguras para evitar engaños.
Acusaciones de hipocresía
Diversas voces de la Administración Reagan habían venido manifestando que la suscripción por Nicaragua de los principios de paz del acta de Contadora convertía al país en una democracia y suponía el fin de la exportación de la revolución a los países vecinos. Pero tras el anuncio de que Managua suscribía el acta, el secretario norteamericano de Estado, George Shultz, declaró que había problemas por resolver. Otro portavoz fue más categórico y dijo que el anuncio de Nicaragua era hipócrita porque el régimen sandinista no ofrece elecciones libres.Todos los países centroamericanos afectados por el plan de Contadora -Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua- han dicho que suscribirán el tratado, aunque El Salvador ya ha manifestado que harán falta algunos cambios antes de firmarlo.
El acuerdo no ha sido dado a conocer oficialmente, pero se sabe que sus principios básicos se refieren a una suspensión gradual del suministro de armas y de la presencia de consejeros militares de terceros países en Centroamérica, al fin del apoyo nicaragüense a la guerrilla salvadoreña y a la supresión de la ayuda norteamericana a los antisandinistas. Al parecer, el acta de Contadora no propone ningún cambio en el sistema electoral nicaragüense, que ha sido criticado por Estados Unidos y la oposición a Managua, ni recorta los efectivos del Ejército sandinista.
El documento fue entregado ayer a Pérez de Cuéllar por los representantes del grupo de Contadora (Venezuela, Colombia, Panamá y México) para que se difunda esta semana como documento de la ONU. Los cuatro países han decidido solicitar una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU para que apoye el documento.
Mientras, continúan los preparativos en San José para la reunión que mañana y pasado van a mantener en la capital costarricense 21 ministros de Asuntos Exteriores de países centroamericanos, del grupo de Contadora, de la Comunidad Económica Europea, además de los de España y Portugal, para discutir los problemas de la región.
