Bush y Reagan divergen en sus opiniones sobre el aborto

El vicepresidente de Estados Unidos, George Bush, manifestó ayer, en conferencia de prensa, que, personalmente, permitiría el aborto en casos de violación, distanciándose así de la posición del presidente Ronald Reagan, quien apoya una enmienda constitucional para restringir la interrupción terapéutica del embarazo a los casos en que peligre la vida de la madre.George Bush, que no deseaba entrar en esta cuestión, tuvo que hacerlo cuando los periodistas le interrogaron sobre la polémica surgida entre la candidata demócrata a la vicepresidencia, Geraldine Ferraro, y el arzobispo de Nueva York, John O'Connor.

El arzobispo neoyorquino acusó el domingo a Ferraro de tergiversar la doctrina de la Iglesia al sugerir que la enseñanza católica sobre el tema admite varias interpretaciones. La acusación se basa en el texto de una carta fechada en septiembre de 1982 que la candidata demócrata envió a 50 miembros católicos del Congreso que iban asistir a un debate sobre aborto y política.

"Algunos de nosotros", decía la carta de Ferraro, "hemos adoptado posiciones claramente favorables. Otros dudan. Pero todos hemos experimentado un cierto grado de confusión moral y política. De todo ello se tratará en la reunión, que nos mostrará que la posición de la Iglesia católica sobre el aborto no es monolítica".

El jefe de Prensa de la candidata respondió al obispo que la sugerencia de su representada no se refiere a la doctrina de la Iglesia, sino al hecho de que las opiniones de los fieles católicos no son monolíticas.

En cuanto a George Bush, que pertenece a la Iglesia episcopalista, dijo desconocer si su pensamiento es contrario a las enseñanzas de Roma. Peter Teeley, secretario de Prensa del vicepresidente, indicó que Reagan y Bush ya discreparon sobre este tema en 1980, porque Bush no apoyó la enmienda constitucional que trataba de prohibir el aborto.