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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Otra mirada

Otra mirada es el título original de este filme húngaro de 1982, que obtuvo en el festival de Cannes el premio de interpretación femenina. La traducción española puede confundir a quienes aguarden la película de Costa-Gavras de similar enunciado. Otra mirada es realmente lo que ofrecen las dos protagonistas de esta producción húngara, muy especialmente Sofía, la amiga íntima de Hanna y rotunda protagonista del filme: es el título que se debía respetar.Esa otra mirada del original no se refiere sólo a la relación homosexual que mantienen ambas mujeres, relación perseguida hasta la muerte por quienes les rodean sentimental y profesionalmente, sino a la independencia de su criterio respecto a la situación política que se vivió en Hungría tras la fallida revolución de 1956.

La elección de Hanna B

Guión y dirección: Karoly Makk. Fotografía: Tomas Andor. Música:Laszlo Des y Janos Kroner. Intérpretes: Jadwiga Jankowska-Cieslak, Grazina Zapolowska, Joseph Kroner. Drama. Húngara, 1982. Local de estreno: Bulevar.

Lo cierto es que la protesta de Sofía cuando, como periodista, se ve impedida de contar cuanto conoce, de investigar libremente sobre cualquier escándalo, de opinar sin obedecer al Partido, es una protesta constante del cine húngaro de nuestros días, más abierto a la autocrítica que en años anteriores, pero aún limitado a pequeños márgenes de expresión libre.

El amor clandestino de estas mujeres es una sorpresa en la producción húngara, timorata en tal terreno. Es también la zona más poética del filme, gracias sobre todo a la excelente interpretación de Jankowska-Cieslak (Sofía), sensible, tierna, inteligente y llena de coraje. Aunque a su lado los demás actores hacen un trabajo responsable, es ella quien brilla a la altura de los grandes intérpretes de nuestro tiempo. Gracias a sus matices, Otra mirada alterna con coherencia el alegato político y el drama humano, dos cabezas del mismo cuerpo que el cine suele tratar independientemente. Aquí no hay tales divisiones: la muerte de Sofía, con la que la película comienza, es el resultado de una represión que trata de eliminar cualquier diferencia. En Sofía se da un vital afán de aire limpio, y esas ganas de volar son las que ninguno de sus censores está dispuesto a tolerar.

Filme amargo, delicado, que desgracidamente no cuenta con un buen doblaje al castellano, es una buena sorpresa en el mortecino panorama de los estrenos actuales.

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