Los compositores Legido y Pedrosa, premiados en el Concurso Halffter

El primer premio en el Concurso Nacional de órgano Cristóbal Halffter ha sido concedido en Villafranca (León) al vallisoletano Jesús Legido, discípulo de Carmelo Bernaola, por su obra Sombras. El sevillano J. Antonio Pedrosa, que estudió en Ayarra, obtuvo una mención por su Fantasía, en homenaje a Correa de Araujo. El concurso se celebra en Villafranca en homenaje al compositor Cristóbal Halffter, vecino de la localidad.La competición, auspiciada por el Instituto de Estudios Bercianos y el Aula de Música Esteban de la Puente, de Ponferrada, y la Filarmónica Juan del Enzina, de Villafranca, cuenta ya con un lustro de brillante existencia. Angel Oliver fue el primer premiado, al recibir su Tríptico cervantino el galardón del concurso en 1980. Al músico aragonés siguieron el sevillano Manuel Castillo (Variaciones sobre Falla), el orensano-leonés Ángel Barja (Preludio, canción y fuga) y el gallego Enrique X. Macias, cuya página Afónica, premiada el año pasado, se ha estrenado por María Teresa Carbonell en el curso del acto musical celebrado el domingo en Ponferrada, en la basílica de Nuestra Señora de la Encina.

Macías es una personalidad extremadamente interesante por la fuerza de su imaginación y por su actitud inconformista. Vigués, nació hace 27 años, y a partir de 1981 sus creaciones empiezan a ser escuchadas fuera de España. Ha trabajado de muy diversas maneras dentro del campo electroacústico en Finlandia, Francia, Holanda, Portugal y España.

'Afónica'

En Afónica, para órgano, la imaginación y la sensibilidad refinadas al contacto con la electroacústica se vierten en lo instrumental con un resultado tenso y bellísimo de coloraciones. Nacida de una página pianística anterior nunca dada a conocer, Afónica ha encontrado su vehículo ideal en la variabilidad y riqueza de la tímbrica organística, A ese antecedente pianístico -que quedó para siempre afónico- alude el título de la página de Macías, estupendamente interpretada por la Carbonell, largamente aplaudida por el público amplio y desprejuiciado que llenó la basílica.Cristóbal Halffter hizo la presentación del concierto en breves palabras, pues no en vano el concurso es un homenaje anual que la tierra berciana rinde a su ilustre convecino. Hasta el viejo castillo villafranquino llegó un amplio jurado (los organistas Carbonell, Amezúa, Marcos Vega, José María Álvarez; los compositores Ángel Barja y Tomás Marco; los críticos Gómez Amat, de la SER, y Enrique Franco, de EL PAIS) para examinar las nueve partituras organísticas presentadas.

El lunes, en el órgano histórico de la Colegiata de Villafranca, el organista y profesor del conservatorio madrileño Marcos Vega interpretó un programa de autores españoles, desde Cabezón, el organista de Felipe II, hasta Antonio Soler, el monje jerónimo que prolonga entre nosotros la huella de Scarlatti. Con ellos, Correa de Araujo, Cabanilles, Félix Máximo López, Andrés de Sola, Aguilera de Heredia y Francisco Andreu. La Carbonell había encuadrado la obra de Macías entre diversas páginas de Couperin, Bach, Hindemith y Jean Alain.