Integración militar sin mando
Desde la llegada del PSOE al poder, hace 22 meses, España decidió congelar su integración en la OTAN, permaneciendo como estaba en la estructura civil y sin dar un paso más para la integración en la estructura militar, dentro de cuyo comité ya se había comenzado a trabajar -y se ha continuado haciéndolo-, aunque sin participar en su cadena de mando.Con la advertencia tranquilizadora, reiterada desde un principio por Fernando Morán, de que España continuaba siendo "un aliado fiel y cooperador" de la OTAN, el Gobierno de Madrid no introdujo ningún cambio sustancial en la calidad ni en las dimensiones de su representación ante la sede en Bruselas de esta organización, limitándose tan sólo a sustituir al anterior embajador, Javier Rupérez, por el que era su número dos, Jaime Ojeda.
Los ministros españoles de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, y de Defensa, Narcís Serra, han seguido asistiendo regularmente a las sesiones ministeriales, con la sola excepción de los encuentros semestrales que los responsables de la defensa de los 16 países miembros celebran en el seno del Comité de Planes Nucleares.
De hecho, España trabaja dentro de la estructura militar de la OTAN al tener un representante permanente ante el Comité Militar, donde se elaboran los criterios por los que se ha de guiar la defensa aliada. En este aspecto, el grado de participación española es superior al francés, ya que el Gobierno de París se ha venido limitando, desde su retirada en 1967 de la estructura militar, a mantener una misión militar, con la cual el Comité Militar evacua eventuales consultas. El grado de integración española en la. estructura militar de la OTAN llega hasta ahí, sin estar presente en el mando militar de la organización.
En lo que respecta a su actuación política en la OTAN, él Gobierno español ha venido absteniéndose de firmar los comunicados finales -aunque no las declaraciones- publicados al final de las reuniones semestrales que celebran los ministros de Asuntos Exteriores de los 16 países miembros. España ha presentado ante la OTAN aportaciones propias, desarrollando su doctrina sobre la pacificación de Centroamérica, y ha planteado sus reservas cada vez que se ha hablado de Gibraltar, así como su condena a la inva sión realizada por los estadounidenses en la isla caribefla de Granada.
Durante los 22 meses que lleva en el poder, el presidente Felipe González ha ido añadiendo matices a sus tesis sobre la participación de España en la OTAN. Hasta ahora, González ha venido admitiendo que España tiene "una cuota-parte de responsabilidad en la seguridad europea", aunque también ha repetido que igualmente posee un "derecho soberano" a pronunciarse sobre cómo desarrollar esta responsabilidad, en abierta alusión al reférendum prometido por el PSOE durante su cam pafla electoral. El pasado mes de mayo, durante la visita que el canciller alemán occidental, Helmut Kohl, realizó a Madrid, el presidente del Gobierno español afirmó, refiriéndose a la participación en la OTAN, que dentro de ésta existen "situaciones diferentes", aunque no "grados de compromiso diferentes".
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