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Fiebre por la 'enseñanza' estival

Las universidades de verano, un cóctel entre el 'rock' y la 'queimada'

La rentabilidad intelectual y política de las universidades y cursos de verano que durante los últimos años han surgido, siguiendo el modelo de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Santander, parece ser tanta que la derecha política se ha lanzado a este ruedo intelectual con la Universidad del Mediterráneo, en Ibiza, y la del Atlántico en Pontevedra. Si las que giran en torno al modelo de la UIMP suelen aliñar las conferencias con conciertos de rock o exposiciones, en Pontevedra se empieza con misas y se termina la sesión en torno a una queimada. Son diferentes formas de servir él alimento cultural, a las que comunidades autónomas y ayuntamientos se lanzan con la mejor parte de su presupuesto.

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La Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) es el objetivo al que todas las demás miran, la "Universidad de universidades", en palabras de Víctor de la Concha, el coordinador de los cursos de verano de Salamanca.Sin embargo, la mayor novedad de este verano ha estado en la creación de las universidades del Atlántico y del Mediterráneo, ambas de marcada tendencia derechista. En Galicia, informa Manuel Rivas, ya desde el pasado mes de julio se han desarrollado los cursos de la Universidad Gallega y las actividades de la UIMP en La Coruña. La sorpresa ha estado en la llamada Universidad Internacional del Atlántico, de inspiración abiertamente conservadora, que tiene por sede, en estos primeros cursos, el benedictino escenario del monasterio de Poio, en Pontevedra.

La orientación en esta primera experiencia de la Universidad Internacional del Atlántico responde, sin apenas fisuras, a la autodefinición de "plataforma del pensamiento liberal-conservador". Por si existieran dudas, la lección inaugural, tras una Misa de Espíritu Santo, corrió a cargo de Manuel Fraga, y en la clausura, prevista para el 14 de septiembre, disertará el presidente de la Xunta, Gerardo Fernández Albor.

Los cursos de la Universidad Internacional del Atlántico, en esta primera experiencia, están financiados en más de un 50% por el Gobierno autónomo, que aporta ocho de los aproximadamente 14 millones del presupuesto total.

Según fuentes de la organización, en el monasterio de Poio se respira "un grato ambiente de amistad y convivencia", desarrollándose en los ratos libres actividades paralelas de entretenimiento. El día de la inauguración estudiantes y organizadores compartieron una cena culminada con queimada. "Siempre tratamos de ubicar algo", explican en la secretaría, "para que el grupo lo pase bien. Por ejemplo, el cumpleaños de uno de los chicos, que es de Valencia, lo celebramos con una paella. El pasado fin de semana el grupo salió de excursión, con un número sorpresa en Santiago. Funcionó para ellos el botafumeiro de la catedral".

La otra sede cultural derechista ha surgido en la isla de Ibiza con el nombre de Universidad Internacional del Mediterráneo, iniciativa de Ricardo de la Cierva, con un presupuesto de unos 18 millones de pesetas y el patrocinio, entre otras entidades, de la Fundación Cánovas del Castillo, Fundación Antonio Maura y la Administración pública insular. En la lista del profesorado hay una serie de nombres identificados con el pensamiento conservador.

La denominación de Universidad del Mediterráneo, informa Jaime Millás desde Valencia, ha originado ya una notable polémica, por cuanto éste es el nombre del proyecto que celebrará el próximo verano su primera edición en Valencia. Esta universidad mediterránea, que estará destinada a profesionales muy especializados y que tendrá un carácter itinerante, está promovida y financiada por la Generalitat de Cataluña, la de Valencia y la región de Marsella. Apoyan también esta iniciativa Marruecos, Argelia, Túnez y diversas regiones italianas.

Hasta ahora, esta región sólo cuenta con la Universitat d'Estiu de Gandía (Valencia), de carácter estrictamente localista y financiada por el ayuntamiento de esta localidad, y los cursos internacionales de verano de Benidorm (Alicante), donde se analizan temas relativos a la comunidad autónoma.

Tradición catalana

La Universitat Catalana d'Estiu (UCE), informa Enric Bastardes, se celebra desde hace 16 años en Prada, el pueblo de las tierras de Conflent, comarca de expresión catalana en el sur de Francia, singularmente conocida por los festivales de música Pau Casals.

La experiencia se desarrolló al margen de oficialismos tanto por parte de las instituciones académicas de Barcelona, Valencia o Mallorca, como por parte de reconocimiento de las autoridades francesas o de la Universidad de Perpiñán.

Ha sido, en consecuencia, una experiencia atípica de universidad de verano, más cargada de fuerza reivindicativa que de pretensión académica. Pero así eran, al fin y al cabo, la mayoría de actividades culturales catalanas resistenciales de la época.

A lo largo de todo este periplo, las circunstancias políticas han evolucionado suficientemente como para que la UCE haya ido cambiando de aspecto sin dejar de mantener algunos de sus rasgos iniciales. El encuentro de gentes de todas las tierras culturalmente catalanas se ha mantenido. Su carácter reivindicativo se ha ido diluyendo y el valor académico reívindicado por algunos era minusvalorado por otros.

Repeticiones y coincidencias

La crisis de Prada ha surgido este verano aparentemente por un motivo trivial. La discusión de unos estatutos de los que durante 16 años se ha prescindido. La disputa formal no oculta el fondo del debate ideológico que divide el claustro de la UCE.

En Andalucía, informa Carlos Funcia, la proliferación de nuevas universidades de verano, unidas a las más antiguas de Cádiz y Málaga, es motivo de coincidencia en fechas y temario en no pocos casos. En los últimos años surgieron las de San Roque, El Priego, Baeza y La Rábida, en las provincias de Cádiz, Córdoba, Jaén y Huelva, respectivamente. Excepto en Málaga, que va por la 21ª edición, todas las demás necesitan de subvenciones externas para no arroja pérdidas. Generalmente, suelen estar apoyadas por ayuntamientos, diputaciones y Junta de Anda lucía, a través de sus consejerías de Educación y Cultura.

Las repeticiones y coincidencias en cuanto a temas" conferenciantes y fechas son tales que las autoridades autonómicas han anunciado su intención de unificar todo los cursos de verano de Andalucía para coordinar las subvenciones y los programas de modo que cada universidad de verano aborde un tema monográfico y toda la geografía andaluza esté cubierta a lo largo del verano.

En cuanto a la distribución del dinero, cabe decir que los cursos de verano de San Roque se han visto más favorecidos por subvenciones de la Junta de Andalucía que otros. De los ocho millones de presupuesto, dos y medio vienen de la Diputación de Cádiz. Esto ha motivado un pequeño disgusto, no público, por parte de la Universidad de Cádiz, que se sentía marginada al recibir mucho menos dinero. Por otro lado, ha recibido tres millones de la Junta de Andalucía, de los que 500.000 pesetas vienen de la Consejería de Cultura. De los otros dos millones y medio, una buena parte vienen de Sanidad.

En la programación ha habido dos seminarios sobre consumo en los que han participado diversos cargos de la consejería además del propio presidente de la Junta, José Rodríguez de la Borbolla, y también el presidente del Parlamento andaluz, Antonio Ojeda.

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