Demasiados candidatos mediocres en el concurso de La Unión
Dos largas sesiones de cante han permitido escuchar a los semifinalistas del 24º Festival Nacional del Cante de las Minas. Alrededor de una treintena de cantaores. Como todos, o casi, son candidatos en varios grupog, oímos cerca del centenar de cantes. Demasiados. Sobre todo porque la calidad media no ha sido buena: algunas personalidades con interés, otras muy deficientes, que el jurado nunca debió dejar pasar, y entre esos dos extremos una masa considerable de mediocridad. Por fortuna, al margen de la paliza que supone un maratón semejante de cante en concurso, hay otras actividades flamencas que compensan esos sinsabores. Una de las se fue en homenaje a Antonio Mairena, de cuya muerte se va a cumplir el primer aniversario, con los ingresos de taquilla a beneficio de la ITEAF (Artistas Flamencos de la Tercera Edad). Vino Paco Vallecillo, director del Departamento de Flamenco de la Junta de Andalucía, quien dio una deliciosa conferencia sobre el maestro desaparecido.J. A. Pulpón, el conocido representante dé artistas flamencos, envió desinteresadamente a José de la Tomasa, un cantaor que se está situando entre los más interesantes del momentd Hizo sólo tres cantes: alegrías,. soleares y siguiriyas. Por soleá y por siguiriya dio una lección. Yo conrio en que le escucharan muchos de los concursantes, y que tomaran buena nota de cómo es el cante de verdad. Que no es una competencia de ver quién grita más, ni quién tiene más fuelle aguantando los tercios hasta el aburrimiento. Cada estilo flamenco es una obra acabada y perfecta, con su medida; con su ritmo interior. José de la Tomasa hizo esos canteston grandeza, singularmente en las siguriyas se subió a las alturas y dejó una versión memorable, una de las más acabadas y hermosas,que he oído en mi vida.
También Luis Caballero hace un cante auténtico, de verdad. Dio una breve conferencia- Y después cantó de manera irreprochable. Señor del Cante, Luis Caballero es otro ejepmplo cabal de fidelidad a la pureza, a los cánones, sin concesiones ni veleidades, ni frivolidad. Hizo granaínas, mirabrás, malagueñas, siguiriyas, soleares de Triana, fandarigos Y lo hizo todo aproximándose a la perfección, con esa voz suya, tan melodiosa y rica en matices, quizá algo frágil a estas alturas de su vida, pero siempre inestimabile. Luis. Caballero es otra fuente a la que deberían aproximarse los candidatos a premios de concurso, los empeñados en aprehender el mágico secreto de lo jondo.
Hay que dejar constancia de la presencia en este festival de una guitarra de gran calidad, la de Manolo Franco, a quien están haciendo trabajar como un forzado. Sensible, con conocimiento, con recursos. Un gran tocaor. Y ahora esperemos la sesión ternúnal, en que los finalistas se disputarán los premios en litigio y la esperanza de alcanzar la fama.
Babelia
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