Científicos norteamericanos reconstruyen la piel humana 'cultivándola' en laboratorio
Dos niños norteamericanos que sufrieron graves quemaduras se han salvado gracias a los injertos de piel desarrollada en laboratorio, en lo que constituye el primer caso de aplicación a gran escala de esta técnica, todavía experimental. Puesta a punto por el científico Howard Green, de la universidad de Harvard, la técnica se basa en hacer crecer en laboratorio pequeños trozos de piel obtenidos del paciente, hasta llegar a multiplicar por 10.000 la superficie original. Esta piel artificial se aplica posteriormente en pequeños rectángulos a las zonas quemadas.
"Esta es la primera vez que se hace en seres humanos en un caso de tal envergadura", señaló al presentar el caso a la opinión pública el doctor Gregory Gallico, cirujano plástico del hospital general de Massachusetts, donde se llevó a cabo el trasplante.Los pacientes han sido James Selby, de cinco años de edad, y su hermano Glen, de seis, que sufrieron quemaduras de tercer grado en el 97% de la superficie del cuerpo. Los cirujanos han señalado que los niños hubieran muerto de no haberse recurrido a esta nueva técnica. Este procedimiento es sobre todo importante para aquellos casos en los que la superficie quemada es tan grande que casi no existe ninguna zona de donde los cirujanos puedan obtener piel para el tras plante a las zonas quemadas.
Jugando con pintura
De pequeños trozos de piel del paciente se obtienen millones de células que se cultivan en laboratorio, primero en probetas y posteriormente sobre una superficie especial, hasta que se obtienen rectángulos de unos 5 por 7,5 centímetros, con los que se procede a cubrir las zonas quema das. De esta forma los científico han conseguido llegar a multiplicar por 10.000 la superficie original obtenida de los pacientes.
Las quemaduras de los hermanos Selby, que viven en el Estado de Wyoming, se produjeron cuando, después de cubrirse de pintura mientras jugaban, intentaron limpiarse con un disolvente que se inflamó al entrar en contacto con una llama. Las quemaduras afectaron prácticamente a toda la superficie corporal del cuerpo de los niños, y los médicos sólo pudieron encontrar pequeñas zonas sin quemar en las axilas e ingles. Con la piel de estas zonas se desarrolló la piel luego injertada.
Los niños han sufrido repetidos injertos y todavía deben someterse a cirugía plástica y rehabilitación, pero los médicos esperan que se recuperen totalmente de sus quemaduras.
Howard Green, investigador del centro médico de Harvard que ha dedicado más de 10 años de su vida profesional a desarrollar este proceso, precisó que el nuevo tipo de piel no es idéntico a la de los seres humanos, "pero sirve". La piel desarrollada en laboratorio sólo consta de epidermis, y no incluye la dermis, como la piel normal.
Los médicos han expresado sus reservas sobre la importancia de este caso, debido a que es preciso efectuar más operaciones de este tipo para conocer bien su utilidad, pero la prestigiosa revista New England Journal of Medicine señala en su último número que la importancia de esta técnica no puede infravalorarse.
,La revista publica un informe sobre el caso de los dos niños, que han sido los pacientes noveno y décimo tratados con esta técnica desde que empezó a aplicarse experimentalmente en 1978. Sin embargo, en los casos anteriores los médicos solo habían llegado a cubrir con la piel desarrollada en laboratorio un 5% del cuerpo del paciente, mientras que en estos dos casos se ha llegado a más del 50%.
Los niños fueron tratados en primer lugar en un hospital de Denver, y desde allí trasladados en un avión privado al Shriners Burn. Institute, de Boston, porque uno de los médicos conocía informes científicos sobre la nueva técnica, que puede considerarse como una derivación de la investigación básica en biología celular llevada a cabo por Green.
Los rectángulos de la nueva piel fueron aplicados a los niños en sucesivas operaciones, cuyo número no ha sido especificado, aunque en cualquier caso es mucho menor del que habría sido necesario si no se hubiera dispuesto de esta piel artificial. En la actualidad la piel injertada se ha desarrollado y muestra la misma textura que la normal, sin que se hayan producido los problemas de rechazo que son comunes cuando se efectúan trasplantes de piel procedentes de otras personas.
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