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El grupo italiano Falso Movimento presenta en Madrid un 'Otelo' posmoderno

"Nosotros no amamos el teatro en el sentido antiguo de este término. Cuando vemos el teatro clásico no nos gusta y esa es la razón por la que hacemos nuestro propio teatro", dice Pasquale Mari, integrante del grupo teatral italiano Falso Movimento, que presentará esta noche, a las 22.30 horas, su segunda y última función de Otelo, en el Cuartel del Conde Duque de Madrid.El nombre del grupo fue tomado de la película homónima del realizador Wim Weriders y esta coincidencia no es gratuita. El lenguaje escénico que ha desarrollado Falso Movimento tiene como una de sus características básicas su estrecha relación con el cine. "La unión de la imagen y el sonido en nuestras piezas tiene más en común con el montaje cinematográfico que con el estrictamente drainático", añadió Mari. El estilo personal que han desarrollado utiliza muchos recursos de iluminación, proyección de películas en 16 milímetros y diapositivas, que intentan dar al espectador la impresión de una sucesión de planos como los que se utilizan en el cine.

El grupo se formó en 1979, cuando cuatro de sus integrantes terminaba los estudios en el Liceo de Nápoles. Actualmente sus edades fluctúan entre 21 y 29 años. Sin estudios previos de teatro, se reunieron para interpretar algunos performances en el estilo del entonces en boga, teatro analítico-conceptual. Los intereses de sus integrantes iban en direcciones distintas del arte: el cine, la música, las artes plásticas interesaban a ellos más que el teatro de formas caducas que conocían.

"El público para el teatro experimental en Italia es cada día mayor. Se habla de la crisis del teatro, pero se trata del teatro oficial, que ya no atrae al público", afirma Tomás Arana, actor que encarna a Yago en este Otelo. "A la gente le interesa un mensaje más cercano a su realidad. Las técnicas teatrales tradicionales, aun las de este siglo, como Stanislavsky, con la naturalidad que proponen en la actuación, ya no sirven, porque la televisión y el cine los tienen acostumbrados a una realidad más palpable. Lo mejor del teatro, lo que lo hace una experiencia única, es que es un arte del momento. Un momento irreproducible que no se puede captar ni en el cine, ni en la teleiásión, ni en la fotografia", concluyó.

Verdi en versión 'rock'

Falso Movimento ha sido etiquetado como posvanguardista, posmoderno, "nueva espectacularidad" y otros términos por el estilo. Parte esencial de su espectáculo es, además del impacto visual, la música. Para Otelo se ha recreado la partitura original de Verdi en versión de rock, a cargo del conocido músico norteameriario Peter Gordon. "La música es la corona sonora del espectáculo, en la más completa acepción del término", dice Pasquale Mari. "Este espectáculo no ha sido elaborado para un público de intelectuales o de elite. Puede ser analizado y apreciado por ellos, pero va dirigido igualmente a un público que capte lo más superficial de la imagen".Hay un paralelismo entre los personajes protagonistas de la tragedia de Shakespeare Otelo y algunos típicos personajes del cine norteamericano. Otelo lleva el rostro teñido de negro y una chaqueta de cuero del mismo color. Yago es una especie de ágil Fred Astaire vestido de blanco, con bastón y sombrero. Desdémona, una Marilyn Monroe frágil y licenciosa. Sin embargo, el intérprete de Yago no está conforme con este paralelismo. "No tiene sentido hacer un papel queriendo imitar las interpretaciones de otros actores. Lo que uno debe hacer es sacar el actor que uno tiene dentro. Tal vez se acerque uno a ello evocando en la partitura dramática el personaje cinematógráfico, como la emoción que nos dejó al verle".

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