El director del Festival de Santander define el certamen de "abierto y lúdico"
"Festival abierto y festival lúdico son los dos términos que se me ocurre utilizar para definirlo". José Luis Ocejo, director del Festival Internacional de Santander (FIS) desde 1980, piensa, tras cuatro años de ingente labor durante los cuales el "listón" de la calidad artística se ha elevado notablemente, que el festival, "aunque puede y debe mejorarse", una superación en la que influirá determinantemente "la ampliación de recursos económicos y la posibilidad de programar con un mayor margen de tiempo". La 33ª edición del FIS cuenta, no obstante, con un presupuesto casi ridículo de 129 millones de pesetas.
Desarrollar durante más de un mes en el Festival Internacional de Santander (FIS) actividades artísticas con primeras figuras de la lírica, del ballet, del teatro y la poesía, de música sinfónica-coral y de cámara, tanto nacionales como extranjeras, es algo que resulta incomprensible, a la vista de los presupuestos millonarios de que disponen festivales europeos de similar categoría artística. "Se trata de un cúmulo de circunstancias", precisa su director José Luis Ocejo, "entre las que destacaría la reducción de los precios de algunas actuaciones por las relaciones personales que existen con algunos artistas. La escasez del presupuesto nos obliga a tocar todos los resortes posibles para ofrecer el máximo de calidad artística con el menor dinero posible".De un festival organizado y programado en los dos o tres meses anteriores a su celebración se ha pasado a una programación a largo plazo, indispensable para poder acceder a la presencia de figuras. Este punto de partida teórico se ve condicionado, en opinión del director del FIS, por los aspectos administrativos a los que se sujeta el festival, con presupuestos anuales que deben ser aprobados por el Ayuntamiento de Santander y el Gobierno regional, responsables mancomunadamente del FIS.
En una programación que abarca todo el mes de agosto, los cambios de última hora suelen ser mínimos, pero significativos siempre por la elevada calidad de los participantes. "El error sólo puede paliarse, si no solucionarse del todo, con capacidad, dosis de buena-voluntad, experiencia y sentido crítico". Ocejo, de quien se afirma que digiere mal las críticas, es categórico al afirmar que "el festival no ama la tibieza ni la ambigüedad de los pronunciamientos. Son necesarias la crítica y la autocrítica, pero hay niveles que las sobrepasan: la acogida consciente y la visión generosa".
Escenarios históricos
Codirector, junto con Pilar Yzaguirre, de los Festivales de Otoño que organiza la Comunidad Autónoma de Madrid, el director del FI S no cree que su doble condición pueda perjudicar al evento santanderino, sino al contrario, "porque el círculo de relaciones se amplía". Ocejo se siente especialmente satisfecho de la innovación introducida hace dos años con el festival en los pueblos, pese a las críticas recibidas desde algunos sectores capitalinos, y mediante el cual ha convertido escenarios históricos -colegiatas, monasterios e iglesias de los siglos XII al XV- en centros de actividad artística.Para el director del FIS, la descentralización de competencias en materia de cultura, que ha afectado también al FIS, no debería tener en este terreno una aplicación mecánica, mostrándose partidario del mantenimiento de un convenio, al margen del proceso de transferencias entre el Gobierno regional y el Ministerio de Cultura, por el que éste continúe participando en el FIS, "que desborda el marco estricto regional".
Babelia
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