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Liberados sanos y salvos todos los rehenes del avión francés, cuyos secuestradores se entregaron a la policía en Teherán

Los 46 rehenes que permanecían a bordo del Boeing 737 de Air France secuestrado el martes quedaron ayer en libertad sanos y salvos, al rendirse, hacia las 17.30 (hora peninsular), los tres piratas del aire que les retenían. Previamente, los secuestradores destruyeron con una bomba la cabina del aparato, inmovilizado desde la madrugada del miércoles en el aeropuerto de Teberán. "Ahora ya se puede respirar", comentó ayer el presidente francés, François Mitterrand, al conocer el final feliz del secuestro. El primer ministro, Laurent Fabius, anunció que la llegada a París de todos los pasajeros liberados está prevista para hoy, "si el Gobierno iraní aprueba el plan de vuelo que hemos establecido para un avión francés", que anoche despegó de París.

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Varias organizaciones internacionales y también algunos países extranjeros intervinieron para forzar el desenlace feliz del drama, que mantuvo en vilo a Francia durante 48 horas, según informa desde París.Antes de hacer estallar la parte delantera del avión, los secuestradores, cuya nacionalidad sigue siendo una incógnita, hicieron bajar a los rehenes -44 pasajeros y dos miembros de la tripulación- y alejarse del avión. A unos 300 metros, los piratas les hicieron sentarse en el suelo, protegerse la cabeza con los brazos y llevar las rodillas hacia el tronco. Poco después, una explosión sacudió la cabina, mientras que los explosivos colocados en la zona del pasaje no llegaron a estallar.

Los piratas dialogaron entonces con un intérprete oficial iraní y, tras 15 minutos de negociaciones, aceptaron rendirse a dos unidades de comando de la policía iraní, compuestas de una quincena de hombres, equipados con chalecos antibalas; depositaron sus armas en el suelo y se dirigieron hacia las fuerzas de orden con los brazos en alto.

A continuación, los rehenes llegaron, completamente agotados, a la sala de autoridades del aeropuerto, donde les repartieron bebidas, y en seguida fueron conducidos a un gran hotel de la ciudad. Se ignora cuál será la actitud de las autoridades iraníes respecto a los tres secuestradores.

El Boeing 737 fue secuestrado el martes, cuando cubría la línea Francfort-París, y, tras hacer escalas en Ginebra, Beirut y Larnaca (Chipre), llegó en la madrugada del miércoles al aeropuerto de Teherán, objetivo inicial de los secuestradores.

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Un revólver en la nuca

Los piratas del aire anunciaron ayer por la mañana que tenían una bomba en el avión y estuvieron a punto de matar a uno de los pasajeros, al que hicieron salir del aparato con un revólver apuntándole a la nuca. En un principio habían amenazado con matar a los pasajeros franceses, uno cada hora, si no se atendían sus demandas. Tras negociar con un intérprete oficial iraní, renunciaron a sus intenciones, a cambio de la publicación de un comunicado firmado por la Organización de Liberación de Al Qods (Jerusalén) en los medios de comunicación.

Los tres piratas del aire exigieron al Gobierno de París la liberación de cinco extremistas projomeinistas presos en Francia por su participación en un atentado frustrado contra el último primer ministro del sha, Shapur Baktiar.

Antes de entregarse, los secuestradores condenaron la "política neocolonial" del Gobierno francés y anunciaron su intención de intensificar sus operaciones en todo el mundo. Según los testimonios de las mujeres liberadas el miércoles, los tres individuos se expresaban en "un árabe correcto" y aseguraban ser "cristianos libaneses".

Al parecer, el Boeing no ha sufrido daños importantes con la pequeña explosión, que abrió un agujero en el techo de la carlinga, en la parte delantera del aparato. El fuego no se extendió a bordo, y otras dos explosiones esperadas por los secuestradores no se produjeron.

Ayer nadie era capaz de saber en París por qué, en última instancia, los secuestradores se rindieron y dejaron libres a todos los rehenes. Puede haber sido la presión de los Gobiernos extranjeros que participaron en las negociaciones. En primer lugar, y sobre todo, el de la República Federal de Alemania (RFA), cuyo ministro de Asuntos Exteriores, Hans-Dietrich Genscher, que hace 10 días había visitado oficialmente Teherán, mantuvo conversaciones telefónicas en las últimas horas con los representantes oficiales iraníes. Estados Unidos también ha intervenido (ahora Teherán escucha más o menos a la Administración norteamericana, desde que Washington ha denunciado el empleo por Irak de gas de combate), de igual manera que el Gobierno de Argelia, amigo de Francia y que mantiene relaciones cordiales con Teherán. El primer ministro agradeció ayer públicamente "a todos los Estados y organizaciones internacionales que nos han ayudado".

El Gobierno francés ha hecho todas las declaraciones necesarias para precisar que nunca negoció de Gobierno a Gobierno con Irán, y el portavoz del Ejecutivo y ministro de Asuntos Europeos, Roland Dumas, hizo público ayer, en el momento de mayor tensión, un comunicado en el que recalcaba que "toda la responsabilidad de lo que pudiese ocurrir recae sobre las autoridades de Irán".

Durante los días que duró el secuestro, un comité de crisis interministerial, presidido por Fabius y que mantuvo contacto directo permanente con el presidente de la República, condujo este dramático asunto, que en los días sucesivos habrá que esclarecer si es el punto de partida de un nuevo tipo de relaciones entre el jomeinismo y el mundo occidental.

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