Explosionan tres 'cócteles molotov' en la carpa de Els Joglars en Gijón

Tres cócteles molotov explosionaron, en la noche del martes al miércoles, en una carpa teatral instalada en la plaza Mayor de Gijón, en la que se representa la obra Teledeum del grupo Els Joglars. El atentado, cuyos autores no han sido identificados, se produjo una vez acabada la función por lo que no hubo que lamentar desgracias personales. Los tres explosivos fueron lanzados desde el exterior del recinto aprovechando la inexistencia de techo en la carpa, de unos tres metros de altura.Albert Boadella, director del grupo, señaló ayer a este diario la coincidencia en el tiempo entre las denuncias contra la obra, realizadas por diferentes obispos españoles, y los atentados y amenazas contra los locales en los que se presentaba la compañía. "En Barcelona", afirmó Boadella, "apenas producirse la homilía del arzobispo Jubany empezaron las amenazas de bombas; en Madrid, éstas empezaron a llegar antes que nosotros, coincidiendo con las manifestaciones del obispo de Segovia, y, en Gijón, el atentado se ha producido tras las declaraciones del arzobispo de Oviedo".

"Los obispos", añadió el director teatral, "deberían saber a quien dicen las cosas y pensar dos veces lo de ir condenando obras que no han visto". Según Boadella, "en este país hay mucha gente enferma de los nervios, gente muy irracional. Son personas próximas a las posturas integristas que representan los obispos que se dedican a denunciamos antes de ir a vemos, sin pararse siquiera a pensar que no obligarnos a nadie a ver la obra".

Para Boadella, las diferentes denuncias realizadas por estos obispos se enmarcan en una campaña más amplia "en la que se quiere demostrar que en España hay mucha gente contra la religión católica, aduciendo nuestras actuaciones, la LODE y la reducción de horario en la programación religiosa de televisión", al tiempo que reflejan un cambio hacia posturas más conservadoras en el seno de la Iglesia católica.

El director teatral recuerda que han sufrido diversas amenazas y un atentado en Madrid contra uno de los actores de la compañía, "atribuido a un grupo de quinquis, pero hay que reconocer que se trataba de unos quinquis muy raros porque no le quitaron ni la cartera y, en cambio, le metieron 17 puñaladas".