Morán confirma la reforma del sistema de destinos para los diplomáticos

El ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, confirmó ayer en Santander que será reformado el sistema actual mediante el que se cubren los puestos de funcionarios diplomáticos vacantes en el extranjero. El nuevo mecanismo evitará el automatismo que introducen los criterios de antigüedad y tendrá en cuenta los aspectos de formación y competencia (ver EL PAIS de ayer).Morán participó en Santander en el acto de clausura del curso que sobre aspectos económicos de la integración en Europa ha dirigido, a lo largo de la semana pasada, Rafael Martínez Corpiña, en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

En sus declaraciones, el ministro no excluyó la posibilidad de que en el otoño próximo se lleve a cabo el relevo de algunos embajadores, y negó que exista malestar entre el funcionariado de su departamento.

Los cambios que el ministro de Asuntos Exteriores pretende introducir en el actual sistema utilizado para cubrir las vacantes en las delegaciones españolas en el extranjero -denominado bombo, y que fue introducido para ocho años- mantendrán las características de transparencia en la oferta de puestos a cubrir, pero introduciendo criterios de formación y competencia.

"Esta reforma se puede hacer respetando algo que fue una conquista en un momento en el que reinaba la discrecionalidad y la arbitrariedad", señaló el ministro al referirse al sistema del bombo, en el que prima a la hora de las decisiones la antigüedad del diplomático.

Morán anunció que una comisión de trabajo integrada por "un grupo de profesionales de gran valía" estudia desde hace meses la reforma, y añadió que una de las posibles vías para hacer compatibles los criterios relativos a los años en el servicio diplomático con los de idoneidad, competencia y preparación, residirá en el establecimiento de un período de formación de 10 a 12 años. Durante este lapso el diplomático tendría que ocupar un puesto consular o económico, uno de embajada o de diplomacia multilateral, y uno de ministerio.

"Esta fórmula", señaló el ministro, "permitirá garantizar la seguridad del funcionario frente a posibles actuaciones discrecionales o arbitrarias, pero al mismo tiempo permitirá que se entren a considerar otros criterios como son los de su formación y competencia para el cargo".

Tras manifestar su desconocimiento de la información sobre el próximo relevo de numerosos embajadores, Morán defendió el "privilegio" del ministro para proceder a realizar dichos cambios, posibilidad que, sin embargo, no excluyó. A preguntas de este periódico en torno a si estaba prevista la sustitución del actual embajador de España ante las Naciones Unidas, el ministro de Asuntos Exteriores señaló que "una mínima cortesía" exige dar cuenta primero al interesado de una decisión de ese tipo, sobre cuya virtualidad no quiso pronunciarse.

En relación con la OTAN, Morán excluyó a título personal la integración militar y precisó que, de acuerdo con la Constitución, el referéndum no podrá ser en ningún caso vinculante.