El 'riau-riau' suspendido

A las 12 del mediodía de ayer, el concejal de Unión del Pueblo Navarro en el Ayuntamiento de Pamplona, Juan Cruz Alli prendió fuego al cohete anunciador de los Sanfermines-84. Sin embargo, el tradicional riau-riau, marcha cívico religiosa desde el Ayuntamiento hasta la iglesia de san Lorenzo fue suspendido por el alcalde, Julián Balduz, ante la imposibilidad de que la corporación saliera de la Casa Consistorial.Un grupo de personas impidió que salieran del Ayuntamiento. Este grupo profería gritos en favor de la amnistía, de los presos y en contra de la bandera española, al tiempo que empujaba a los municipales contra la puerta principal del edificio.

Pamplona, en medio de un calor sofocante, está viviendo a tope estos sanfermines mientras esperan con impaciencia la avalancha del fin de semana en el que esta ciudad dobla, e incluso triplica, su población actual de 190.000 personas. Las fiestas de Pamplona, que inició ayer su singladura, no concluirá hasta el día 14 de julio, cuando termine, con el tradicional pobre de mí, a las 24 horas de ese día.

Media hora antes del cohete, la plaza del ayuntamiento se encontraba abarrotada de público, así como las calles próximas a la misma. Eran miles y miles las personas que querían ver in situ el tradicional chupinazo. El grito de "San Fermín" atronaba la plaza. Varias ikurriñas eran portadas por algunos de los asistentes.