El coronel Salomón, golpista contumaz, y el gerente de un diario, entre los detenidos

Las operaciones de búsqueda de los responsables del secuestro el pasado sábado del presidente de Bolivia, Hernán Siles Zuazo, prosiguen y en las últimas horas han sido detenidos más militares y civiles, entre ellos el coronel Normberto Salomón (uno de los más activos golpistas) y el gerente del periódico Diario, de La Paz, Gastón Ponce Caballero. El número de detenidos en todo el país puede ser de varios centenares, aunque no existe ninguna cifra oficial.Además de un más de cien detenidos individualmente, se encuentran bajo detención preventiva los 150 efectivos de la unidad especial de la policía, dedicada a la lucha contra el narcotráfico, conocida como los leopardos. También están detenidos y sujetos a investigación los 11 oficiales y soldados de la Policía Militar responsables de la custodia del presidente.

El ministro del Interior, Federico Álvarez Plata, declaró ayer a un diario paceño que "el asunto es muy serio y tiene más ramificaciones de las que hasta ahora conoce el pueblo".

Han sido puestos a disposición del comando del Ejército los generales Mario Oxa Bustos, subsecretario del Ministerio de Defensa, y el destituido jefe de la Escuela de Comando de Cochabamba, general Guillermo Vélez. Para este último, que la pasada semana se puso al frente de una insubordinación de su unidad contra el jefe del Ejército, la Central Obrera Boliviana ha pedido una pena mayor por su supuesta vinculación con el narcotráfico. Según dirigentes sindicales, a Vélez se le encontraron en su coche tres kilos de cocaína en el momento de su detención.

Poco después de conocerse en la noche del lunes que los seis autores materiales del secuestro del presidente, que se encontraban refugiados en la Embajada de Argentina, se habían entregado al Ministerio del Interior, se supo que otros tres civiles se encuentran refugiados en la Embajada de Uruguay. Se trata de Luis, José Carlos y César Ceballos Soto, los tres abogados.

Por su parte, los cinco militares refugiados en la Embajada venezolana permanecen hasta el momento allí, a pesar de que el Gobierno de Caracas ha anunciado ya su negativa a concederles asilo.