La Conferencia de México pedirá a los Gobiernos objetivos demográficos concretos en sus programas de desarrollo

La conveniencia de que los Gobiernos incluyan en sus programas de desarrollo objetivos demográficos precisos que contribuyan a aliviar la pobreza y mejorar la calidad de vida es uno de los principales temas sobre los que debatirá la Conferencia Internacional de Población que se celebrará el próximo mes de agosto en México, auspiciada por las Naciones Unidas. El secretario general de la conferencia, Rafael M. Salas, presentará hoy en Londres el informe de 1984 sobre la población mundial, que servirá de base a las discusiones de la Conferencia de México.

El problema central que aborda el citado informe es la constatación de que las poblaciones de muchos países del Tercer Mundo, especialmente de África, continúan aumentando a un ritmo elevado. El informe advierte que la brecha entre los países en desarrollo y los países desarrollados continuará ensanchándose cada vez más, a menos que se tomen medidas.Según las estimaciones de la ONU, la población mundial actual es de 4.760 millones de personas. Las previsiones para el año 2000 indican que se alcanzarán los 6.130 millones de habitantes, a pesar del progresivo descenso de la tasa de crecimiento en los países desarrollados (de 0,69% en 1980 al 0,4% hacia el año 2000) y del descenso relativamente menor en los países en desarrollo (del 2,02% al 1,71 % en igual periodo). La consecuencia del desfase entre uno y otro ritmo de la disminución del crecimiento demográfico es que hacia finales de siglo el 80% de la población mundial aproximadamente vivirá en zonas no desarrolladas.

A diferencia de lo ocurrido en 1974 en Bucarest, la Conferencia de México promete ser, según los expertos, más práctica que retórica. Los análisis de las altas tasas de crecimiento demográfico, en combinación con una situación económica internacional desfavorable, que se prevé va a continuar en el futuro próximo, impulsa a los organizadores de la conferencia a requerir a todos los Gobiernos que establezcan objetivos demográficos concretos y a proponer a las naciones todavía no desarrolladas que integren políticas de salud, planificación familiar y educación en sus programas de desarrollo, como forma eficaz de reducir las tasas de mortalidad y de fecundidad y prolongar la esperanza de vida.

Los problemas que plantea una maternidad demasiado precoz han sido objeto de un estudio especial por los expertos de la ONU, que han decidido impulsar la investigación de nuevos métodos anticonceptivos.