Alessandro Natta encabeza la direccion colegiada del PCI tras la muerte de Enrico Berlinguer

Viene de la primera página

Como un acto de piedad y por respeto a la esposa de Berlinguer y a sus cuatro hijos, todos católicos practicantes, le fue permitido a un sacerdote que bendijera los restos mortales del líder comunista.

Los funerales de Berlinguer, que se espera recuerden a los de Palmiro Togliatti, tendrán lugar mañana, miércoles, en la tradicional plaza de San Juan, centro de reunión de las grandes concentraciones políticas de la izquierda en la capital. Será en realidad un funeral de Estado. Estará presente Sandro Pertini, y se calcula que se reunirán en Roma más de un millón de personas.

"Se nos ha muerto"En esta plaza tenía que haber pronunciado Berlinguer en esta semana de campaña electoral europea su mitin más importante. Le sustituirá Pietro Ingrao, pero en realidad el gran discurso lo hará mañana el difunto Berlinguer, "más vivo que nunca con su ejemplo de militante de la paz", como dijo ayer Sandro Pertini a una mujer que le gritó a su paso, con lágrimas en los ojos: "Presidente ya se nos ha muerto, se nos ha muerto".

Las primeras flores que llegaron al lecho de Berlinguer ya cadáver fueron las de un obrero de Padua que consiguió entrar a codazos. Las llevaba envueltas en la primera página de L'Unitá de la mañana, que titulaba: "Enrico, te queremos". Eran las palabras sacadas de la carta enviada al diario por una mujer que firmaba: "Ana, madre de 29 años".

En Roma, a la puerta de las oficinas centrales del partido comunista, los cientos de personas presentes desde muy temprano para saber noticias conocieron el fatal desenlace cuando vieron colocar en el balcón, junto a la bandera italiana, la bandera comunista enlutada y a media asta. La gente se amontonó rápidamente, y la policía tuvo que cortar el tráfico. Un grupo comenzó a entonar las notas de La Internacional, pero tuvo que interrumpirla porque los militantes tenían un nudo en la garganta y no pudieron continuar.

Inmediatamente salió a la calle una edición extraordinaria de L'Unitá, con el título "E'morto" ("Ha muerto") sobre una gran fotografía de Berlinguer. Se agotó inmediatamente. Las tres cadenas de televisión del Estado interrumpieron sus programas para dar la noticia de la muerte y emitieron las últimas palabras pronunciadas por Berlinguer durante el mitin de Padua, cuando le agarrotó la garganta la hemorragia cerebral.

El diario vaticano, L'Osservatore Romano, publicó ayer en última página, a tres columnas, la noticia de la muerte del líder comunista. El diario católico califica a Berlinguer de "modesto en los momentos del triunfo, austero y severo consigo mismo, firme en sus convicciones".

Pesar del Vaticano

La sala de prensa del Vaticano, a los 10 minutos de la noticia de la muerte de Berlinguer, emitió un largo comunicado, insólito en estas ocasiones, leído por el portavoz del Papa, padre Romeo Panciroli, en el que se afirma, entre otras cosas, que por encima de las consideraciones políticas "los sentimientos humanos y cristianos que ha despertado estos días la tragedia de la muerte de Berlinguer se dirigen a un hombre estimado por la seriedad de su empeño y la energía que lo animaba" Re cuerda el comunicado vaticano la gratitud del Papa cuando Berlinguer se interesó por su salud, tras el atentado de la plaza de San Pedro en mayo de 1981, y acaba afirmando que la muerte de Berlinguer inspira al Papa "un profundo respeto y una oración espontánea".

Mientras tanto, los observadores examinan con lupa las decisiones adoptadas tras la muerte de Berlinguer: Natta será quién le sustituya en la rueda de prensa que, dentro de la campaña electoral, debía mantener el fallecido dirigente en televisión.

Pero será Ingrao quien lo haga en el mitin de clausura que se celebrará en la plaza de San Juan de Letrán, la misma que será escenario de las honras fúnebres dedicadas a Berlinguer mañana. Lo que se desconoce a la hora de cerrar esta edición es quién será el orador en el último homenaje.