Ballester considera que su equipo ha avanzado un paso más hacia la consecución de 'metales orgánicos'
Premio Príncipe de Asturias en 1982
El profesor Manuel Ballester, director del Instituto de Química Orgánica Aplicada de Barcelona, organismo dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), y su equipo han conseguido descubrir un nuevo fenómeno sobre los radicales libres inertes, bautizado como intercambio Spin-Carga. Para Ballester, el descubrimiento de este fenómeno, consistente en un rápído intercambio entre una carga eléctrica positiva y un electrón solitario en una molécula orgánica a pesar de haber introducido un muro entre el electrón y la carga eléctrica positiva, "contribuye a aumentar las posibilidades de conseguir la síntesis de metales orgánicos de naturaleza plástica o polimérica".Manuel Ballester, de 64 años, consiguió los parabienes de distintos premios Nobel cuando en la década de los setenta logró átomos de carbono trivalente, que denominó radicales libres inertes, capaces de formar materia. Fue el profesor Gomberg, en 1900, quién consiguió por primera vez en el laboratorio sintetizar los átomos de carbono trivalente, si bien su vida era totalmente efimera -una fracción de segundo- y, por tanto, incapaces de formar materia en cantidad tangible.
La obtención de los radicales libres inertes, capaces de resistir temperaturas de 300 grados, práctícamente inatacables por ácidos de gran agresividad, y con una vida de más de 100 años, abría un nuevo campo de investigación "en el que se pueden descubrir muchos fenómenos inesperados".
Todavía
un sueño
El descubrimiento de los radica les libres inertes, publicado en 1971 en el Journal of the American Chemical Society, la revista más importante y de mayor difusión sobre química del mundo, y que le valió a Ballester el Premio Príncipe de Asturias de investigación científico-técnica de 1982, podría conducir "a la preparación de sistemas conductores, es decir, a los famosos metales orgánicos", señalaba el profesor Rassat del Centro
Ballester considera que su equipo ha avanzado un paso más hacia la consecución de "materiales orgánicos"
de Estudios Nucleares de Grenoble (Francia) en una misiva de felicitación que envió al profesor catalán.Los metales orgánicos, acuñación del propio Ballester para definir una serie de materiales no hallados aún que tendrían la doble propiedad de ser adaptables como los plásticos y conductores de electricidad como los metales, es uno de los sueños de ese primer descubrimiento que fue la obtención de radicales libres inertes, formados por moléculas monstruo de carbono que en lugar de tener cuatro valencias tienen tres.
Cuando el equipo Ballester sintetizó los radicales libres inertes supo también que estas nuevas moléculas poseían una característica intrínseca que también poseen los metales: ocupación parcial de orbitales o banda. Esta propiedad puede dar a lugar "a materia orgánica conductora de la electricidad", en opinión de Ballester.
El equipo Ballester, en el que intervienen el doctor Joan Castañer y Joan Riera, entre otros, está trabajando en un proyecto para la síntesis de metales orgánicos de naturaleza plástica o polimérica, mientras que otros equipos trabajan para conseguir el mismo fin con elementos cristalinos.
Con el descubrimiento del intercambio Spin-Carga, en el que trabajó también Isabel Pascual, aparece "un mecanismo adicional para el movimiento de electrones y cargas eléctricas en el seno de la materia orgánica", añade el profesor.
Ballester intenta explicar el fenómeno descubierto hace tan sólo dos meses, y que será publicado en el Journal of the American Chemical Society, a través de un símil: "imagínese dos sillas vacías, cada una de ellas representa una carga eléctrica positiva, y un personaje que representa un electrón o mínima carga eléctrica negativa. En medio de las dos sillas ponemos un muro denominado inhibición estérea de la resonancia. A pesar de esta pared, el individuo pasa de una silla a otra, en una intercambio rapidísimo, muy superior a los 10.000 millones de veces por segundo". 'Ta pared impide que pueda explicarse este fenómeno por el mecanismo ya conocido y denominado deslocalización eléctronica (resonancia)", termina Ballester, tras añadir que el nuevo descubrimiento, calificado por los censores de la revista americana como de "observación definitiva y única en su género", es tan importante desde un punto de vista físico como químico.
Ballester no sabe qué aplicacíones podrán realizarse a partir del descubrimiento de este nuevo fenómeno, aunque está convencido que "facilita el camino para la consecución de los metales orgánicos".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.