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La pacificación, principal reto de Duarte, que hoy asume la presidencia de El Salvador

Pacificar El Salvador constituye el principal reto para el democristiano José Napoleón Duarte al asumir hoy la presidencia para un mandato de cinco años. En vísperas de su toma de posesión, el Ejército ha iniciado en los departamentos orientales de Morazán y San Miguel un operativo antiguerillero sin precedentes con una movilización que se prevé superior a los 10.000 soldados.

Esto pone de manifiesto que el relevo presidencial no va a alterar sustancialmente, al menos de momento, la marcha de una guerra que desde enero de 1981 ha causado más de 40.000 muertos. Duarte ha prometido la convocatoria de un gran diálogo nacional al que serán invitados los rebeldes, pero la lucha va a continuar mientras tanto, aunque sólo sea para debilitar la fuerza negociadora de la guerrilla.El hecho de que Duarte haya pedido al presidente costarricense, Luis Alberto Monge, que medie con los rebeldes para iniciar conversaciones ha abierto un margen a la esperanza. Los salvadoreños más lúcidos opinan que ésta es la única vía para la pacificación. La actitud de Washington será determinante a este respecto.

Duarte ha repetido a lo largo de toda la campaña electoral que dialogar no significa poner en venta el poder, sino establecer un marco de garantías para que la izquierda pueda ocupar su espacio político y participar en las elecciones generales que deben celebrarse en marzo del próximo año. El embajador norteamericano, Thomas Pickering, se mostró partidario de un diálogo de esta naturaleza en una conferencia pronunciada ante los empresarios salvadoreños.

La estrategia pacificadora del nuevo presidente consiste en desmantelar primero a los escuadrones de la muerte a fin de crear en el país unas condiciones de seguridad que permitan a la izquierda deponer las armas y regresar al escenario político. Su predecesor, Álvaro Magaña, ha anunciado horas antes de entregar la banda presidencial un convenio de cooperación policial con el FBI, cuya finalidad es dotar a la justicia de un cuerpo especializado de investigación.

'Escuadrones de la muerte'

Un avance significativo en este terreno obligará a Duarte a enfrentar también la connivencia entre algunos mandos militares y los escuadrones de la muerte, que en opinión de muchos son una simple prolongación sin uniforme de los cuerpos de seguridad.La reciente condena de cinco guardias nacionales por el asesinato de cuatro monjas norteamericanas y la destitución de dos coroneles constituyen un primer paso asumido voluntarimaente por el alto mando para evitar a Duarte un desgaste innecesario en sus primeros días de gobierno.

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El propio ministro de Defensa, general Eugenio Vides, que acaba de ser ratificado en su cargo, fue exculpado en este asunto por el presidente Duarte, a pesar de que una investigación encargada por el Departamento de Estado le señala como responsable de ocultación de datos a la justicia mientras estuvo al frente de la Guardia Nacional para proteger a los autores intelectuales del crimen.

Duarte ha prometido mano dura contra la violencia ultraderechista y ha dicho que no vacilará en llevar ante los tribunales a los que sean encontrados culpables, sin que importe de quiénes se trate. El cumplimiento de esta promesa revelará si su proyecto busca una paz real o es un simple maquillaje de uso internacional.

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