Editores y profesores reclaman una mejor dotación del Estado a Las bibliotecas públicas

Especialistas en el libro, editores y catedráticos que se reunieron el pasado miércoles, convocados por la fundación Sánchez Ruipérez, para discutir sobre los problemas del libro en esta década, estuvieron de acuerdo en que la primera medida a tomar es la de la formación de biblioadictos. Haciendo precisiones sobre este tema, Hipólito Escolar, director de la Biblioteca Nacional, quien ha contribuido a la fundación de más de 60 bibliotecas públicas en toda España, señaló que es muy reducida la aportación del Estado a las bibliotecas públicas y que la gente no tiene el hábito de asistir a ellas. El debate se celebró en el Instituto de Cooperación Iberoamericana.

Los libros y su acceso al público, sea a través de las bibliotecas o las librerías, presentan hoy en día un problema de adecuación a una sociedad cambiante que está llevando a los responsables, tanto de su producción como de su difusión, a plantearse vías alternativas para ayudar al libro a ocupar su nuevo lugar en esta sociedad.Entre ellos, podría mencionarse el de un público que se acerca más al libro cuando lo encuentra al alcance de la mano: en los quioscos, ferias y los grandes almacenes, por ejemplo, que le brindan la comodidad de un horario flexible. La producción del libro español ha venido creciendo desmesuradamente en las últimas tres décadas y actualmente atraviesa un momento crítico, principalmente debido a la gran deuda que tiene América Latina en este campo.

Arsenio Huergo, de la Federación de Artes Gráficas, dijo sin embargo que "las nuevas tecnologías no nos asustan". En su opinión, el libro goza y gozará de buena salud y son los efectos complementarios de las nuevas tecnologías los que tendrán alguna incidencia en la vida del libro. Los países en vías de desarrollo, como Marruecos y Libia, han aumentado considerablemente su consumo de libros, apuntó Huergo, y añadió que España es el primer productor de textos escolares para los países árabes.

Nuevas tecnologías

El fenómeno japonés salió a relucir también cuando Federico Ibáñez, presidente del gremio de editores de Madrid, señaló que las nuevas tecnologías aplicadas a la industria editorial habían aumentado la producción de libros en este país, y que a pesar de la fiebre de los ordenadores y audiovisuales que vive Japón, la cantidad de lectores iba también en aumento.Francisco Ortiz Chaparro, de Fundesco, basó su intervención en señalar las diferencias del hábito a la lectura que pueden causar los ordenadores y los medios audiovisuales. Los libros, llevados al soporte magnético, servirán para almacenar ordenada y accesiblemente los libros. Este formato tiende a abaratarse y a reducir la cantidad de espacio a utilizar por los libros en una biblioteca. Para él la batalla en los libros de consulta la ha ganado el banco de datos, aunque el libro de ocio proporcionará siempre al lector el placer físico de su lectura.

Esta versión podría contradecir el dato concreto del aumento en el consumo del libro infantil y juvenil en Europa y Japón, que aportó Federico Ibáñez, pero el comunicólogo José Vidal Beneyto se encargó de aclarar que el libro infantil que se produce hoy responde a las expectativas de su público, porque es eminentemente icónico. "Debemos plantear la multiplicidad del libro", dijo Vidal Beneyto. "El hecho de leer ha sido siempre un fenómeno minoritario y hoy día estamos asistiendo a una ampliación de este fenómeno". Queriendo aportar algunos datos para la consideración de este problema se remitió a una reciente encuesta realizada en Francia por la revista Lire, que señala un 80% de franceses, menores de 25 años, cuya preferencia por la lectura, según ellos, es mayor que la que tienen sus padres. La misma encuesta arroja un 55% de franceses menores de, 35 años, para quienes el libro es el objeto más entretenido. Para Vidal Beneyto es esencial señalar esta multiplicidad del libro. Un libro es también un tebeo, un libro ilustrado. Los jóvenes están desarrollando una mayor complejización de lo gráfico y demandan una transformación en el libro tradicional.

Escolar, por otra parte, dijo que la política española es contraria a la producción intelectual. Según él, hay una. falta en la política de protección a los autores y ésta no se logrará tan sólo otorgando "premios para amiguetes", sino contribuyendo efectivamente a la difusión del libro español.