Un comando asalta con cohetes y ametralladoras el recinto fortificado en el que reside Muamar el Gadafi en Trípoli
Un grupo de unos treinta hombres armados con lanzagranadas y ametralladoras atacó sobre la siete de la mañana de ayer, hora peninsular española, el recinto fortificado de Bab el Aziziya, en Trípoli, donde reside habitualmente el coronel Muamar Gadaffi, según informó desde la capital libia la agencia de noticias italiana Ansa. El ataque fue realizado desde un edificio contiguo al complejo fortificado, en el que, además de la residencia del dirigente de la revolución libia, se halla la oficina de coordinación de los Comités Revolucionarios por él creados y y un importante centro de comunicaciones.
Según la misma versión, tropas regulares y milicianos de los comités revolucionarios cercaron acto seguido a los asaltantes con blindados y artillería, mientras la policía bloqueaba los accesos al centro de la ciudad mediante un amplio cinturón que horas después seria ampliado todavía más. Los atacantes habrían sido capturados o eliminados.La agencia oficial de noticias de Libia, Jana, dio su versión sobre los hechos mediante despachos en los que aseguraba que los incidentes se originaron en un edificio residencial del barrio de Aziziya. Según la versión oficial, "un grupo de terroristas" se atrincheró dentro del inmueble e intentó tomar como rehenes a mujeres y niños que allí vivían.
Ante la negativa a rendirse, las milicias populares revolucionarias abrieron fuego contra los secuestradores, que fueron "aniquilados". La versión oficial no ofreció detalles sobre la suerte de los supuestos rehenes.
Fuentes diplomáticas de Trípoli consultadas telefónicamente por este diario aseguraron que a lo largo de toda la mañana el cañoneo en la zona contigua a Bab El Aziziya fue constante, lo mismo que el tableteo de ametralladoras pesadas y el de metralletas.
Trasiego de ambulancias
Igualmente, el trasiego de ambulancias duró toda la mañana. La policía, mediante grandes altavoces, exigía a los habitantes de Trípoli que permanecieran en sus casas. Mientras, civiles con fusiles ametralladores sobre los que, en un gesto inusual, habían colocado bayonetas, ocupaban posiciones a lo largo de los principales enclaves de la ciudad, según informó la agencia Reuter que mencionaba fuentes diplomáticas de Trípoli en un despacho fechado en Bahrein, en el Golfo Pérsico.
En la puerta del Colegio Militar que ocupa un edificio muy céntrico de Trípoli, testigos presenciales aseguraron haber visto dos cadáveres de jóvenes con atuendos civiles.
De acuerdo con las fuentes diplomáticas consultadas, a primera hora de la madrugada se habrían escuchado disparos en el interior e inmediaciones de un edificio asignado al Servicio de Inteligencia del ejército, próximo a la confluencia de las avenidas Yamahiría y Nasser, en pleno centro de Trípoli.
Poco después, los incidentes se habrían propagado hacia la zona de Bab el Aziziya, que se encuentra en el área meridional de la capital, justo en el origen de la autopista que conduce hasta la localidad del mismo nombre. La carretera fue inmediatamente cortada por la policía. En medios europeos de Trípoli causó cierta extrañeza el hecho de que en la jornada del lunes las autoridades impidieran abandonar el país a los ciudadanos libios y a los de otras nacionalidades árabes.
Según las fuentes señaladas, ello podría tener relación con la información difundida ayer por la agencia oficial libia Jana según la cual tres hombres, uno de ellos con pasaporte diplomático sudanés, fueron sorprendidos por la policía fronteriza libia en las inmediaciones de Dhahr Al Khof, no lejos del límite libio-tunecino, y en un área pantanosa contigua a la costa mediterránea. Uno de los tres hombres fue muerto a tiros cuando intentaba huir de la policía fronteriza libia, mientras sus dos acompañantes resultaron heridos. El hombre muerto era portador de un pasaporte diplomático sudanés a nombre de Ahmed Abwas, con el cual había penetrado en Túnez durante cuatro veces a lo largo del año.
Los tres hombres, según la agencia oficial libia, llevaban encima planos de objetivos a sabotear, listas de colaboradores dentro y fuera de Libia, y habían recibido entrenamiento militar en dependencias británicas, sudanesas y "de otros países árabes", que Jana no citaba.
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