La fuerza de la intimidad de 'La Pasión según San Juan'
Una nueva y excelente audición de La Pasión según San Juan, interpretada por la Coral de Neubern y el Bach Collegium München, bajo la dirección de Enoch zu Guttenberg, llenó el Real. La extraordinaria popularidad que han llegado a alcanzar los grandes monumentos del barroco -cantatas, misas, pasiones, oratorios- quedó demostrada ante una de las cimas de más alta expresividad de su tiempo. Cuando alguien habla de "música para eruditos" y de "obras elitistas", bien podía pensar en el largo tiempo que lo barroco musical fue cosa de minorías y empeño de un puñado de artistas a los que seguían unos pocos adelantados, esto es, cultos.La riqueza de La Pasión según San Juan, la fuerza de su intimidad, la variedad de inventiva instrumental, la concepción, en mucho anticipadora, de ciertos pasajes dramático-plásticos, parecen resumir música, escultura, imaginería y pintura en algo pleno de movilidad narrativa y acción implícita. Acierto del maestro Guttenberg -uno de los especialistas alemanes mejor formado, porque a cuanto sabe une cuanto siente y expresa- fue lograr una total continuidad de la amplia partitura. Incluso los corales obedecían a la expresión del momento en que están situados y no a modos establecidos de interpretarlos.
Festival Ibermúsica 84
Coral de Neubem y Bach Collegium Musicum de München. Director: Enoch zu Guttenberg. Solistas: B. Locher, Christel Borchers, Franz Maier, Waldemar Wild, L. M. Harder, cantantes. Andras Andorian, Marianne HenkeI, Simon Dent, Dieter Salewski, Johannes Fink, instrumentistas. Continuo: Stephan Rieckhoff, Lotar Wrich, Reiner Seidel, Ulrike Schott y Hubert Huber. Teatro Real, Madrid, 16 de abril.
Conmovedor y potente
Solistas y coro subrayaron una de las grandes consecuciones de la obra: la exacta correspondencia entre palabras y música, a veces incluso entre una sola palabra que exige matización precisa. La Pasión según San Juan llegó a todos como algo vivo, fresco, conmovedor y potente sin necesidad de acudir a deformaciones romanticistas: coros y orquesta se ciñeron a una plantilla poco mayor que la que Bach usara en vida. Y no se sabía bien si lo instrumental había trascendido a lo vocal o, en sentido contrario, la vocalidad y el impulso lírico determinaron en hacer general.Extraordinariamente valioso el conjunto de solistas, vale la pena destacar la hermosísima voz de la contralto Christel Borchers o del bajo Franz Maier. Excelente Waldemar Wild en Jesús por la amplitud de su gama expresiva y capaz de diferenciar sin romper la continuidad los recitativos y las arias el tenor Lutz Michel Harder (Evangelista).
Aun con algún momento de vacilación, la soprano lució gran calidad, inatacable en el caso de su última aria. Los mismos elogios cabe hacer de los solistas instrumentales, con cita especial para el viola de gamba Johannes Fink o el organista Hubert Huber.
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