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El escritor peruano Mario Vargas Llosa rechaza el cargo de primer ministro que le ofreció el presidente Belaúnde Terry

Joaquín Estefanía

Mario Vargas Llosa rechazó ayer en Lima la oferta que le fue hecha por el presidente Fernando Belaúnde Terry para que se hiciera cargo del Gobierno de Perú tras la dimisión de su titular, Fernando Schwalb, que fue anunciada en Lima en la noche del pasado lunes. La renuncia fue hecha efectiva al presidente Fernando Belaúnde Terry el pasado 30 de marzo. Las razones del abandono de Schwalb están basadas en "cambios en la política económica del Gobierno", según se desprende de la carta de renuncia a Belaúnde. Según diversas agencias informativas, las personas que más posibilidades tienen para suceder a Schwalb son los senadores de la coalición gobernante Sandro Mariátegui y Óscar Trelles y el actual presidente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Javier Arias Stella. Un enviado especial de EL PAIS ha estado recientemente en Perú.

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La dimisión de Schwalb se mantuvo oculta desde que se produjo, e 30 de marzo, para no provocar una crisis en el Gabinete en el momento en que Lima era la capital económica de la región latinoamericana, al celebrarse en ella la asamblea general de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), con la presencia de ministros de Finanzas y secretarios de Estado de casi todos los países de la zona, y sobre todo del secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, ciudadano peruano, recibido con honores de jefe de Estado.La crisis que se produce en el equipo de gobierno de Perú con la salida de Schwalb no es nueva, sino continuación de la que se dio en los últimos días del mes de marzo, cuando el presidente de la República, tras la huelga general que paralizó al país el 22 de marzo destituyó al todo poderoso ministro de Economía, Finanzas y Comercio, Carlos Pastor Rodríguez, de filosofía ortodoxa monetarista, para dar un pequeño giro en la política económica a aplicar en el futuro, tendente a conseguir un ligero crecimiento. "Austeridad sin recesión", dijo Belaúnde en el discurso inaugural de la CEPAL.

Las relaciones con el FMI

Por lo que se ha conocido ahora, Schwalb, amigo íntimo de Pastor Rodríguez, y de su misma ideología, dimitió en solidaridad con el antiguo superministro económico, aunque dejó pendiente la fecha en la que se haría efectiva su renuncia. En el mes de febrero, Pastor firmó una carta de intenciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que se constituyó en política económica oficial. Dicha carta contenía un programa de austeridad de gran rigidez, imposible de aplicar sin crear grandes tensiones sociales en un país en el que la miseria se multiplica día a día.El déficit público peruano se ha disparado con pocas posibilidades de corrección tanto por el lado de los ingresos como por el de los gastos. Los ingresos fiscales -pese a la intensa campaña de publicidad que hay en estos días en todos los medios de comunicación peruanos para que los ciudadanos cumplan su obligación de declarar renta y patrimonio- son muy difíciles de incrementar, ya que gran parte de la población vive de la economía sumergida (venta ambulante de alimentos y baratijas; compra y venta de dólares; empleos clandestinos, etcetera) y, por tanto, no tiene ninguna obligación oficial con el Estado.

Por su parte, el 75% de los gastos del. presupuesto está compro deuda exterior asciende a algo más de 12.000 millones de dólares) y en gastos de defensa. únicamente el 25% restante se dedica a inversiones y a gastos corrientes.

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El nuevo ministro de Finanzas, José Benavides, es un desconocido para los ambientes económicos clásicos, y de él se dice que es un hombre de paja del presidente para poder dirigir personalmente la economía. La primera decisión ha sido poner en cuestión la carta de intenciones del FMI e intentar renegociarla mediante un ajuste más flexible y con más posibilidades de ser cumplido.

La situación económica es dramática, con una inflación de tres cifras en 1983, unas reservas inferiores a los 1.000 millones de dólares (831 millones, concretamente) y unas tasas de paro desorbitantes. Los desocupados, en sentido estricto, no son muchos (según algunas estadísticas, en general muy poco fiables, tan sólo un 5% de la población activa está en paro total), pero los subempleados ascienden a casi la mitad de los potenciales trabajadores.

La situación política se complica con la creciente actividad del grupo guerrillero Sendero Luminoso en el departamento de Ayacucho. El aeropuerto de Ayacucho ofrece unas imágenes de guerra abierta. Las pistas de aterrizaje y el edificio principal están protegidos por sacos terreros, detrás de los cuales patrullan numerosos soldados. Los helicópteros de patrullaje despegan cada poco tiempo. Todos los días hay noticias de muertes numerosas.

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