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Sáhara occidental: la obsesión de la polílica exterior

Aunque las formas son diferentes con Chadli Benyedid como en época de Huari Bumedian, el conflicto del Sáhara Occidental sigue siendo la obsesión de la política exterior argelina. Algo fundamental ha cambiado, sin embargo: la ilusión de una victoria militar ha sido totalmente abandonada en Argel. "El Polisario", sostienen los argelinos hoy, "terminará por lograr una victoria política sobre Marruecos".Para los argelinos, el tiempo juega a favor de la RASD. "Podemos esperar", afirman; "las razones económicas terminarán desinflando a Marruecos y poniendo en entredicho la propia estabilidad del régimen marroquí". Hacia una victoria política se orientan, pues, los esfuerzos del Polisario y de la diplomacia argelina, dedicada en estos días casi exclusivamente a lograr que la vigésima cumbre de la OUA de Conakry, sobre cuya celebración la muerte de Seku Turé arroja una incertidumbre más, consagre el cerco político definitivo de Marruecos.

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Los marroquíes aseguran, y ello constituye también todo un símbolo, que en los últimos ataques del Polisario para impedir la construcción del segundo muro defensivo, murió el ministro de Defensa de la RASD, Brahim Ghali.

Si la afirmación resulta cierta -el Polisario la ha negado ya-, ello podría constituir para la organización independentista saharaui un golpe como el sufrido con la muerte de El Uali a las puertas de Nuakchot, en 1976.

Los argelinos sostienen hoy que en febrero de 1983, y con el encuentro Chadli Benyedid-Hassan II, quisieron dar al monarca marroquí una oportunidad de salir con dignidad de esa guerra. Salir con dignidad parece ser que era, ni más ni menos, que Marruecos abandonase el territorio de una república independiente en aras de una colaboración, siempre hipotética, mogrebí. El referéndum, aceptado por Marruecos en la cumbre de Nairobi de 1981, no parecía figurar entre las posibles opciones.

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