La última novela de Torrente Ballester es "profunda y desconcertante"

La ultima novela de Gonzalo Torrente Ballester, Quizá nos lleve el viento al infinito, fue calificada de "profunda y desconcertante, con humor, poesía y tragedia" por el crítico literario y periodista Rafael Conte durante el acto de presentación, celebrado ayer en la fonoteca de la Biblioteca Nacional. No pudo acudir el autor por encontrarse enfermo, y estuvo representado por su esposa, Fernanda Sánchez-Guisande.Enrique Badosa, director literario del departamento de Lengua Española de Plaza y Janés, mostró su satisfacción por haberse publicado en la misma editorial y en los dos últimos años tres obras de Gonzalo Torrente Ballester: Los cuadernos de un vate vago, La princesa durmiente va a la escuela y Quizá nos lleve el viento al infinito, "un libro sorprendente y atípico en la creación de Torrente y en la literatura española; una novela-novela donde pasan cosas, lo que no suele ocurrir demasiado en la novelística de nuestro tiempo".

Para Rafael Conte, Torrente Ballester "es el novelista más vivo y joven que tenemos en España". Recordó sus primeros encuentros con el escritor, a finales de los años sesenta, con comentarios de las obras que iba publicando hasta llegar al reconocimiento masivo actual por la serie de televisión Los gozos y las sombras, tras "una carrera literaria que ha sido una especie de largo purgatorio". La aceptación de su literatura en los últimos años y la publicación sucesiva de obras ha coincidido con su jubilación como catedrático de Literatura de instituto.

Sobre el libro Quizá nos lleve el viento al infinito dijo que algunos lectores se sentirán desconcertados ante una novela de subgénero o paragénero, una obra de espionaje con algunas gotas de ficción científica "en el contexto de un libro cargado de cultura y no desprovisto de humor". Señaló que el propio autor dice que el relato "es completamente inverosímil, lo cual no quiere decir que sea falso. Todos los relatos de este genero, sin excepción, son inverosímiles, lo que tampoco les obliga a ser verdaderos".

Conte destacó esta condición de inverosimilitud frente a los distintos tipos de lectores de una novela "densa, profunda y desconcertante dentro de su aparente ligereza, con humor y parodia".