Intelectuales europeos reavivan en Venecia el fuego de la utopía a la búsqueda de la identidad cultural de Europa

Ayer comenzó en Venecia un debate internacional para responder a la cuestión de si existe una identidad cultural europea. En este encuentro, organizado por el Parlamento Europeo, participan intelectuales de los 10 países de la Comunidad Económica Europea (CEE), y han sido invitados también de países del Este, de España y de América, entre ellos el escritor argentino Jorge Luis Borges y Juan Luis Cebrián, director de EL PAÍS.

Organizado por el Parlamento Europeo, se inauguró ayer en la Fundación Cini, en la isla encantada de San Jorge, de Venecia, un debate para responder a la pregunta sobre si existe una "identidad cultural europea".En el debate, que durará tres días y que convertirá por tanto a Venecia en la capital europea, participan intelectuales de los 10 países de la Comunidad Europea. Excepcionalmente, los organizadores han querido que estuviese presente también España representada por Juan Luis Cebrián, director de EL PAÍS, que hoy tendrá una ponencia sobre España y la cultura europea.

Los intelectuales presentes en Venecia pertenecen a las ramas más diversas: desde la filosofía a la arquitectura, del cine a la música y al periodismo, para así reafirmar el pluralismo de nuestra identidad cultural. "Europa, o será la de la cultura o no existirá", dijo ayer la diputada europea italiana, María Antonietta Macciocchi, quien dijo que en la CEE "España es evocada cada vez con mayor pasión".

El congreso fue inaugurado con un invitado de excepción: Jorge Luis Borges, quien se definió como "un europeo en el exilio", afirmando que son precisamente los europeos en el exilio quienes hoy pueden descubrir a Europa. Dijo Borges que para un americano, cuando llega a sus latitudes un francés, un inglés, un alemán o un español, en realidad para ellos llega siempre sólo "un europeo". Recibió un gran aplauso cuando definió la primera guerra mundial como "una guerra civil europea". El escritor argentino, que habló en francés, acabó diciendo que América tiene aún que descubrir a Europa y que todos "nos podemos perder si nos emperramos en ser demasiado lúcidos", es decir, en no dejar espacio a la utopía.

"Yo soy viejo y puedo morir hoy mismo; por eso", dijo, "mi esperanza está en vosotros los jóvenes". Conversando con EL PAÍS, Borges afirmó que se envejece sólo "cuando se ha perdido la capacidad de sorpresa", y que "se envejece para la mentira pero no para el amor". Y añadió: "No me gusta lo que escribo, pero les gusta a los demás y por eso sigo haciéndolo".

Es un congreso sin etiquetas políticas, al que han sido invitados también algunos representantes de la otra Europa, la del telón de acero porque, como se afirmó en el debate, una Europa dividida es una Europa "humillada y saqueada". El escritor alemán Peter Schneider, autor del guión del filme: El cuchillo en la cabeza, dijo que el derecho de autodeterminación de los países del Este debe ser defendido, incluso con las armas. Afirmó que es sintomático que en Europa se defienda con mayor calor el derecho a la libertad de pueblos como El Salvador o Chile que el de los alemanes que en Berlín viven detrás del telón de acero, que Schneider definió como "la frontera entre Estados Unidos y la Unión Soviética".