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TRIBUNALES

La madre de un niño que murió tras ser operado dice que le han ofrecido dinero para evitar la acción judicial

Antonia Calafell Sintes, la madre del niño Gabriel Fernández Calafell, muerto tras una operación de extirpación de amígdalas, ha denunciado que ha recibido una oferta "de tres o cuatro millones de pesetas" si, a cambio, detenía las acciones judiciales que está llevando a cabo con objeto de esclarecer las causas del fallecimiento de su hijo, que se produjo hace nueve meses. La intervenciónEntre el 17 y el 31 de mayo de 1983, fallecieron Gabriel Fernández, de cuatro años, y Sebastián Obrador, de siete años, después de ser intervenidos por el mismo equipo médico en la clínica Virgen de la Salud, de Palma de Mallorca.

La madre de Gabriel ha visto denegadas y sobreseídas las tres acciones judiciales que hasta ahora ha realizado (una denuncia y dos recursos), y ha iniciado una cuarta, la interposición de un recurso de reforma, "porque lo único que yo quiero es saber por qué murió mi hijo" (véase EL PAÍS de los días 3, 4 y 6 de junio de 1983).

El Juzgado de Instrucción número 1 de Palma de Mallorca es el encargado del caso, y su titular, el juez Jesús María Calderón, es el mismo que el pasado 19 de marzo prohibió a la Prensa local la publicación de documentos fotográficos de un apartamento incendiado en el Paseo Marítima de Palma, en el que falleció Mary Ali Mohammed.

Antonia Calafell, que recientemente envió una carta a los medios de comunicación, ha señalado que "el doctor José María López Viota (otorrinolaringólogo) decidió operar a mi hijo. El propio médico afirmó después que, al extirpar las amígdalas, la única anomalía que observó fue que el nivel hemorrágico era mínimo". El médico explicó a la madre, según el relato de ella, que, tras extraer las amígdalas "pasé a extirpar los adenoides con una cucharilla, y me extrañó, siendo éste el punto más sangrante de la operación, que no sangrara". Antonia Calafell opina que es increíble que el médico continuara operando, a pesar de su extrañeza, sin tomar medida preventiva alguna.

Dos casos iguales

"Los doctores López Viota y Antonio Amorós Calafat (anestesiólogo) han declarado que intubaron al niño en cuanto apreciaron su lividez, 15 segundos después de la operación. No hace falta decir que si el niño hubiese sido bien intubado es imposible que hubiera muerto asfixiado", según consta en el informe del forense que practicó la autopsia, Bartolomé Nadal, por orden del juez.

El certificado de defunción expedido por los doctores López Viota y Amorós Calafat señala que la causa de la muerte de los niños fue un "paro cardiaco".

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