Ofensiva de la guerrilla contra la "farsa electoral" del próximo domingo en EL Salvador
El ataque guerrillero al cuartel de San Miguel es el comienzo de una ofensiva bajo el lema "no a la farsa electoral, sí a la guerra popular". Esto fue anunciado ayer a través de Radio Venceremos por el comandante Joaquín Villaloblos, uno de los máximos dirigentes del FMLN (Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional).
Los combates registrados en Suchitoto y San Sebastián, con 50 muertos por ambos lados, y la ocupación de varios tramos en las carreteras panamericana y litoral, las más importantes del país, revelan el propósito de retomar la iniciativa después de dos meses de escasa actividad militar.El manifiesto de Villalobos, acentuado por la advertencia de que la guerrilla se dispone a minar las carreteras de la región oriental, parece contradecir la decisión de no boicotear militarmente las elecciones.
El asalto a la sede de la tercera brigada de infantería, posiblemente la mayor instalación militar del país, se inició con fuego de artillería hacia la medianoche del sábado. Portavoces militares han asegurado que no se produjeron daños y que sólo un soldado resultó herido.
La tercera brigada, al mando del coronel José Domingo Monterrosa, llevó a cabo durante los últimos 10 días una minuciosa operación de rastreo al norte de San Miguel, en combinación con el batallón Atlacatl. El coronel, que había instalado a su estado mayor en La Carolina, se vio obligado a trasladar con urgencia dos batallones para defender su cuartel.
El ataque: del FMLN no pretendía tomarlo, dado el número de efectivos movilizados, sino aflojar la tenaza del ejército al Norte. Así lo manifestó el comandante Villalobos. Según éste, el objetivo de las fuerzas armadas, con su despliegue simultáneo al norte de San Miguel y Morazán, era empujar a la guerrilla hasta territorio hondureño, donde les estarían esperando las tropas norteamericanas aerotransportadas hace una semana desde el canal de Panamá.
El jefe de los asesores militares estadounidenses, coronel Ian Stringham, que a mediados de semana se desplazó en helicóptero a Morazán, junto con el jefe de Estado Mayor, coronel Adolfo Blandón, admitió que se trataba de una operación conjunta a ambos lados de la frontera, aspecto que fue negado por el, coronel Monterrosa.
Combates en Suchitoto
Al mismo tiempo que se producía el cañoneo contra el cuartel de San Miguel, otras unidades guerrilleras sostenían la emboscada de Suchitoto, iniciada el viernes. Más de 24 horas duraron los combates en las inmediaciones de este pueblo, que algún día llegó a tener más de 20.000 habitantes y que tiene hoy sólo 5.000. El ejército ha reconocido 25 muertos en sus filas y asegura haber causado otros tantos a la guerrilla.
Sólo al mediodía del sábado cesaron los disparos y un silencio casi doloroso se extendió desde el cercano volcán Guazapa, convertido en catacumba por la guerrilla. A esa hora, 10 camiones cargados de soldados, con piezas de artillería ligera en cuatro de ellos, salían hacia otras posiciones. El lugar en el que había caído el fotógrafo John Hoagland era un campo calcinado por las bombas.
Combatientes del FMLN ocupaban también, durante la noche del viernes al sábado, la población de San Sebastián, que carece de destacamento militar. La guerrilla entró a las nueve de la noche y obligó a desalojar seis casas, a las que prendió fuego con bombas incendiarias de fabricación casera. Según la versión generalizada, los propietarios eran personas afines al partido ultraderechista ARENA.
Fuerzas del ejército se trasladaron desde San Vicente, entablándose un combate que duró hasta las tres de la madrugada. Sólo un patrullero civil murió en el enfrentamiento, según la versión oficial. Al mediodía del sábado varias familias celebraban ruidosamente una boda junto a las casas incendiadas.
Otro episodio trágico, uno más en la cotidianeidad de la guerra, se produjo en Zaragoza -una localidad prácticamente al margen de los combates- donde murieron cuatro niños al estallar una de las cuatro granadas que habían encontrado en una bolsa y cuya posesión se disputaban. Otro niño está en el hospital con heridas gravísimas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.