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Crítica:ÓPERA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una lamentable solución escénica

Georg Büchner, el poeta de Wozzeck, nació en 1813, en el mismo año que Kierkegaard, Hebbel, Verdi y Wagner y en su corta existencia -24 años- escribió una corta serie de obras que, rompiendo los moldes clásico-románticos del teatro, planteaban con un siglo de antelación la estética y la dialéctica del género dramático de nuestro siglo. Wozzeck es quizá el primer drama de crítica social donde se analiza la miseria y la opresión en las que vive parte de la humanidad sometida a la violencia del poderoso. La contemporaneidad de cada obra de Büchner se logra también porque su texto está inacabado, lo cual confiere al drama una libertad de forma propia del teatro actual.Si Berg declaró que la voluntad de reformar el, género operístico sólo se le había aparecido en sueños, la realidad es que con su Wozzeck superó incluso este propósito al conferir a la música una superior entidad creativa de lo esencialmente dramático. La forma fragmentaria de la obra de Büchner que redujo a 15 escenas, a la vez que alteraba su orden, permitió que Berg elaborara arquitectónicamente su ópera dentro del cánon clásico de tres actos (exposición-peripecia-catástrofe) sin que por ello traicionara el espíritu del lenguaje del original. Y, genialmente, la unidad entre música y teatro, entre el desarrollo de las 15 escenas la consiguió utilizando unas formas puras y tradicionales de la música para cada escena y para cada uno los intermedios que, resumiendo la acción transcurrida o preludiándola los enlazan y, en los cuales el lenguaje musical, más allá de ligaduras tonales o de sistemas compositivos, tiene una función vital y comunicativa de las ideas y acciones que se suceden.

Wozzeck, de Alban Berg

Walter Berry, H. Steinbach, A. Silja, M. Szirmay. Dirección: Uwe Mund (musical) y J. Cl. Riber (escénica). Liceo de Barcelona, 16 de marzo de 1984

Es difícil comprimir en seco todo lo que significa y sugiere la ópera Wozzeck para la historia de la civilización humana, sirva pues lo expuesto para concienciarnos de la importancia que tiene para la música barcelonesa, la tercera reposición de la obra que se está ofreciendo en la actual temporada del Liceo, la cual si nos atenemos al texto de Berg tiene lamentablemente soluciones escénicas erróneas que le restan fuerza dramática. Efectivamente, los decorados y el niontaje escénico desvirtúan la admirable unidad rítmica de la acción y de la música de Wozzeck, no explican el clima trágico de la acción y restan convicción y realidad al drama.

Afortunadamente en lo puramente musical, la reposición de Wozzeck ha conseguido un excelente nivel ya que el director Uwe Mund ha logrado eficacia y corección en la labor de la orquesta y de los coros del Liceo para conferir vigoroso acento expresionista a la música. Walter Berry manifiesta con suprema emotividad las vicisitudes psicológicas que vive el personaje central de la obra. Anja Silja en el papel de María da la justa imagen de la mujer sensual. Heriberth Steinbach (Tambor Mayor), Rudolf Mazzola (Médico) y el resto de cantantes demuestran una completa identificación con los personajes que encarnan.

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