Tropas de EE UU controlarán la frontera de El Salvador hasta las elecciones del 25 de marzo
Un contingente de 2.500 soldados norteamericanos ha sido trasladado desde Panamá a Honduras para impermeabilizar la frontera con El Salvador hasta que se celebren en este país las elecciones presidenciales convocadas para el día 25. Una flotilla estadounidense, integrada por el portaviones America y tres buques de escolta, paritirá a finales de semana de las islas Vírgenes -en el extremo oriental del Caribe- a fin de instalarse por varios días ante las costas salvadoreñas.
El objetivo de ambas operaciones es impedir que un aumento significativo de la actividad guerrillera ponga en peligro la jornada electoral, que constituye uno de los quicios de la política estadounidense en Centroamérica. Este movimiento de tropas revela la escasa credibilidad que merece a Washington el anuncio hecho por la guerrilla de que no boicoteará militarmente las elecciones. Los soldados transferidos a Honduras pertenecen a la Brigada de Infantería 193, acantonada permanentemente en Panamá, y a la Brigada Aerotransportada 82, con base en Carolina del Norte, que intervino en la ocupación de la isla de Granada.Las tropas norteamericanas serán fraccionadas en pequeños grupos de unos 200 hombres, con la misión de vigilar la frontera entre Honduras y El Salvador, principalmente en las zonas inmediatas a los departamentos de Chalatenango y Morazán, los dos reductos más consistentes de la guerrilla. Fuentes estadounidenses han precisado que sus soldados tienen órdenes de no intervenir en combate, aunque se les ha equipado con munición real.
Para el transporte de las unidades norteamericanas se emplearon aviones Hércules C-141, que partieron de la base de Howard, junto al canal de Panamá, con destino a San Pedro Sula, único aeropuerto hondureño en el que pueden aterrizar estas enormes aeronaves.
Esta operación terrestre, que recibe el nombre de Alerta-Emergencia, viene a sumarse a las maniobras realizadas en Honduras por fuerzas norteamericanas entre los meses de agosto y febrero. Al término de estas últimas 1.700 soldados quedaron estacionados indefinidamente en el país para atender instalaciones de radar, el hospital de campaña emplazado en la base aérea de Palmerola y un complejo sistema de comunicaciones.
Portavoces del Pentágono precisaron al comienzo de las maniobras que ninguno de los equipos trasladados a Honduras se quedaría en este país. La celebración de nuevas operaciones conjuntas el próximo verano ha servido para justificar este cambie de criterio.
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