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13 meses de decisiones nunca puestas en prática

Unas 20.000 personas retuvieron durante más de nueve horas en el interior de la factoría de Altos Hornos del Mediterráneo (AHM), en Puerto de Sagunto, al presidente de esta empresa y de Ensidesa, José María Lucía, el 18 de marzo del año pasado, hace ahora casi un año. El conflicto de Sagunto no había hecho más que comenzar, pues se originó el 4 de febrero de 1983, con la orden de la dirección para que se cerrase el horno alto número 2, retirada después antes las presiones de los trabajadores y de la Generalitat valenciana."Lucía, marrano, si bajas te capamos"; "Lucía baja, te espera la caja", y "Lucía, asturiano, en el Puerto te matamos" fueron algunas de las frases dirigidas por la multitud al presidente de la división siderúrgica del INI. Había ido a Sagunto a comunicar que, la dirección ofrecía un plazo de 14 horas a los trabajadores para acatar la orden de reducir en un 20% la producción de los hornos altos, dada a principios de marzo y desobedecida por la plantilla de la factoría, y cornunicar que, en caso contrario, habría sanciones.

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Lucía sólo pudo salir de las instalaciones de AHM, rodeado de miembros del comité de empresa, una vez que accedió a retirar la orden de reducir la producción y la consiguiente amenaza de sanciones. Todo ello quedó aplazado para ser tratado en una posterior reunión de la comisión de seguimiento de la reconversión del sector siderúrgico.

Hechos similares, pasos atrás de la dirección de la empresa y la Administración han sido la tónica de los 13 meses que dura ya el conflicto. Y probablemente ha sido éste uno de los elementos que más han contribuido a la estrategia de presión que han venido desarrollando como un solo hombre trabajadores de la siderúrgica y vecinos de Puerto de Sagunto.

Nunca se ha sabido con certeza qué dijo el conseller de Industria de la Generalitat valenciana, Segundo Bru, a Eduardo Santos, director general de Industrias Siderometalúrgicas, para que anulase la orden de cierre del horno alto número 2 que inició el conflicto. Aunque la orden había sido dada el 4 de febrero del pasado año, los trabajadores se negaron inmediatamente a acatarla y el día 5, después de la visita de Bru, se había dejado sin efecto. La ya larga batalla de Sagunto, durante la cual aún no se ha dado todavía el primer paso para el cierre de la cabecera, ha incluido también anulación de despidos, tal como se pretendió conseguir en la madrugada de ayer, debido a la presión de los trabajadores.

El 22 de septiembre del año pasado el INI dio marcha atrás con relación a 69 despidos comunicados oficialmente por carta y 90 expedientes de suspensión de empleo y sueldo a los trabajadores del tren número 28, estructural. Como en tantas otras ocasiones, hubo orden de paralizar la instalación, pero no fue acatada. Llegaron las sanciones y finalmente los empleados consiguieron que se anulasen a cambio de acceder a la paralización del tren 28, con la condición de que se convocase una reunión de la comisión de seguimiento del sector.

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